13. Pensamientos insanos.

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Podría contar con los dedos de mis manos las veces que no me he decepcionado de mí misma.

Soy fiel creyente de tomar una desición y arrepentirme de la mitad de ella.

Muchas veces me pregunté si de verdad el amor es una ilusión.

Si en verdad una persona tiene la capacidad de amar con su último aliento.

Su última mirada.

Su última sonrisa.

Su último latido...

Ciertas personas no confían que una persona pueda estar enamorada.

Simplemente porque no lo dejan ver.

No está a la vista, sus lágrimas.

Sus risas.

Sus sonrojos.

Su sufrimiento.

Su mal humor.

Su dependencia.

Dicen que él que no quiere salir lastimado se crea un muro parecido a la Muralla China.

Sin saber que aveces solo necesitamos un pequeño índice para que se derrumbe.

Para quedar a la deriva entre los sentimientos.

Los pensamientos que no dejan de bombardear la cabeza.

La sangre que hierve al solo imaginar.

Sé que yo no mostré que lo sentía.

Pero hoy más que nunca siento que sí lo estoy.

Y lo que más de indigna, es que lo extraño.

Pero no extraño a quien besar.

No extraño a quien celar.

No, yo extraño a ese payaso que hacía todo por verme sonreír.

Yo extraño a ese ser que con solo verlo el corazón me latía con frenesí.

Yo extraño a mi mejor amigo...

Extraño sus abrazos.

Extraño sus ocurrencias.

Extraño sus locuras.

Sus gestos.

Sus ojos.

Lo extraño a él.

Pero independientemente de cuánto me hace falta, no dejo de pensar que alejarme fue lo mejor.

Aún así. Parezco medio acosadora, reviso al menos dos veces al día su perfil de Facebook, de Ig, veo cada estado de Whatsapp, hasta su tik tok...

Abro su chat mínimo 10 veces al día, pero no encuentro valor en enviar un msj.

No por miedo al rechazo.

Por miedo a que me diga que hay alguien más.

Por miedo a entrar en un ciclo que nos haga más daño.

No quiero ilusionar lo.

Necesito encontrarme, saber que se siente estar sola, no puedo salir a correr hacia los brazos de alguien siempre.

Debo saber defenderme yo misma.

Y justamente es lo que me jode cada noche.

Me di cuenta. Que tengo miedo a estar sola, siempre tenía con quién hablar así fuera la '*venti-única*' persona que tuviera.

Pasé de hablar todos los días con la persona que amo. A no hablar con nadie.

Y sinceramente porque no quiero.

Aveces solo siento que necesito un "todo estará bien" para seguir.

Que jodido que yo me puse en esta situación.

Pero aún más jodido el feo sentimiento en mi pecho cada vez que abro mi galería.

Por ello, cada noche abrazo a pardo como si fuera él.

Si pardo no estuviera no sé qué sería de mí justo ahora.

Prometí que ésta historia no tendría un final y no lo tendrá.

Así me toque de las sombras.

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Empezaré a actualizar mínimo una vez por semana.

Gracias por leer.

Dos espinas, Una rosa blanca.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora