Capítulo 1.

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De todos los momentos difíciles que Jungkook tuvo que atravesar a lo largo de su vida, este era definitivamente el peor. Mudarse nunca fue una tarea sencilla, pero lo que lo complicaba todo, era que para él, se sentía como estar huyendo de un campo de guerra del que no salió victorioso y al cual, no pensaba volver. En efecto, se sentía más derrotado y abatido que nunca.

"I don't wanna be sad forever, I don't wanna be sad no more...I don't wanna wake up and wonder, what the hell am I doing this for?..."

Al escuchar estas letras y melodía de nuevo, supo que todas las canciones que había agregado a su lista de reproducción, habían terminado y que la lista de canciones volvería a su inicio. Qué conveniente, un ciclo que al igual que su último año en Corea del Sur, parecía no terminar.

Levantó su mirada hacia la ventana del vehículo que lo transportaba a él y a su madre, una mujer de contextura delgada y algo pequeña, pero con una cabellera negra que hacía resaltar su bello rostro y denotaba alegría; tal y como su nombre lo decía, Haru

Ella era lo único que seguía manteniendo a Jungkook de pie. Lo cual, podría parecer patético para algunos chicos de su edad, pero para él no lo era.

—¿Esta es la zona residencial? —preguntó Jungkook al darse cuenta de que ahora se encontraban frente a un portón inmenso, con decoraciones extravagantes y guardias de seguridad gustosos de recibirlos.

—Si cariño. Aquí es donde residen los gerentes y sus familias... ya sabes, en dónde viviremos tú y yo —dijo optimista. Sin embargo, no pasó por alto la triste sonrisa que su hijo intentó disfrazar de una esperanzadora.

Nunca le había faltado nada, de hecho, Jungkook siempre fue alguien afortunado por la vida que su madre le venía dando los últimos 18 años.

A medida que avanzaban a través del portón, veía el tamaño de las casas de la urbanización y no podía evitar sentir que un lugar tan grande, estaría lejos de convertirse en un hogar para él. Su madre había conseguido una posición internacional dentro de Spectrum Records Inc, la empresa donde trabajaba desde hace ya 10 años.

Acercándose más y más, Jungkook se preguntaba con temor si acaso este lugar iba a ser diferente a su país natal, pues le pareció que de nuevo, tendría que fingir ser alguien que no era para encajar y que bajo ninguna circunstancia, podía dejar que nadie vea o conozca su verdadera esencia.

Este pensamiento hizo que subiera el volumen de su reproductor, sin importar que sería la quinta vez durante todo el viaje en la que escucharía la misma parte de la misma canción.

"'Cause lately, I've been in the backseat to my own life... Trying to take control, but I don't know how to..."

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—Taehyung, ¿podrías apresurarte?, siento que llevo esperándote horas —reclamó Jimin, uno de sus mejores amigos.

—¿Es malo que quiera verme bien para el primer día de clases? No todos los días puedo lucir el cabello rojo — respondió, presumiendo su nuevo tinte de cabello y lo bien que indudablemente lucía en él.

—Insisto, yo prefería tu cabello azul —recalcó Jimin, mientras revisaba las novedades diarias en su celular.

—Cerré una etapa con ese color, ahora abriré otra con este —contestó.

Este año tenía que ser mejor que el anterior, de otro modo, Taehyung pensaba que no sería tan descabellado regresar a su país natal.

Pues, no era como si tuviera algo o alguien que lo mantuviera adherido a este lugar. Aún.

Des-rompiendo tu corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora