Capítulo 4.

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Así que somos solo tú y yo Taehyung...

¿Qué tan malo podía ser seguirle el juego a Jungkook? Pensó Taehyung.

—No muchos tienen el privilegio — agregó, haciendo que el chico de la piscina levante una ceja en su dirección.

—Claro... —contestó Jungkook —, supongo que esto era algo que tu amigo Jimin debía hacer, ¿no es así?

De hecho si, pues Jimin como estudiante ejemplar, además de ser uno de los ayudantes en el club de danza, también ayudaba ocasionalmente con ciertas actividades administrativas que le correspondía a uno que otro profesor. Pues, era conocido por ser muy confiable y responsable, lo cual, finalmente se traducía en más créditos para su ingreso a la universidad.

A Jimin le correspondía guiar al grupo de hoy y lo iba a hacer, solo que no con Jungkook. De todas formas, habían dos rutas a seguir en los paseos por la preparatoria, por lo cual, no se chocaría con el par si los dejaba en la entrada, tomando él la ruta alterna.

Además, Taehyung también estaba calificado y dado el hecho de que en verdad no podía aguantar la tensión que se formaba cada que esos dos cruzaban miradas, decidió desvincularse de ambos por el resto de las horas que debían permanecer allí.

Como era de esperarse para Taehyung, quien desde un principio entendió la dirección del plan de Jimin, no llegaron más estudiantes a su supuesto recorrido grupal.

Luego de observar sospechosamente sus alrededores y notar que no había nadie más, Jungkook pasó sus manos por su rostro, acomodando de paso su cabellera. Debió esforzarse más en convencer a su madre de que lo dejara ausentarse toda la semana.

—Bueno... —dijo Taehyung de pronto.

—Así que somos solo tú y yo Jungkook —agregó, soltando una sonrisa traviesa y haciendo que Jungkook lo mirara curioso, pero finalmente, terminó por replicar la sonrisa del pelirrojo.

¿Acaso Taehyung acababa de usar la misma frase que Jungkook utilizó antes? Sí, lo acababa de hacer.

A medida que seguían avanzando por los pasillos, el par intercambiaba una que otra palabra, pues Taehyung estaba siendo muy entusiasta con la historia de la preparatoria, contándole además cómo había sobrevivido desde que llegó y Jungkook, no quería interrumpir haciendo preguntas obvias. Así que dejó que Taehyung hablara la mayor parte del tiempo.

Además, no permaneció ajeno a la manera en la que la felicidad que el pelirrojo sentía, hacía que su bello rostro resaltara, de hecho, hacía que todo a su alrededor se iluminara, incluso Jungkook.

Sin embargo, con cada paso que daba, Jungkook empezaba a sentirse más y más abrumado, pues la infraestructura de esta preparatoria se parecía demasiado a la de la escuela en donde estaba antes de abandonar su país natal.

Empezó a sentir que las paredes se achicaban a cada paso que el par daba; sentía como si su corazón se iba a detener en cualquier momento; como si un montón de voces le recordaran que no tenía derecho a amar por como era... que lo que sentía no era normal y que justamente por eso, tampoco merecía ser amado.

Si bien era capaz de observar los lugares que Taehyung le mostraba, la voz del pelirrojo se escuchaba distante. Pues se había adentrado en un torbellino de recuerdos tormentosos, tan tormentosos, que decidió que ya no podía más, dejándose caer en la profundidad de su memoria.

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Des-rompiendo tu corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora