-Infernaculo.

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Wilbur corría hacia la casa de su anterior prometido. Necesitaba verlo, aclararle que no quería casarse con él y después, huir.

Simplemente había engañado a Quackity para regresar a casa.

Al intentar tocar, escucho como el padre del chico con el que se iba a casar expresaba sus deseos de acabar con la vida del castaño.

Decidió subir por la ventana.

Cuando al fin estuvo arriba, tocó el vidrio del ventanal, asustando al chico.

—¿Wilbur? ¡Me alegra mucho verte!–Exclamó el chico, abalanzandose al castaño para abrazarlo.

El de lentes simplemente se quedó quieto, esperando a que el chico se apartara de él.

—Estás helado, pareces muerto... acércate al fuego.–El chico tomó a Wil de la mano y lo acercó a la chimenea de su cuarto. El de lentes se sentó en el sofá.

—Tengo que decirte algo... en realidad, no deseo casarme contigo. Eres una buena persona, pero no deseo estar a tu lado por el resto de mi vida. Espero me perdones.–Explicó Wilbur con delicadeza, mientras miraba al chico a los ojos.

—Wil...

—No digas nada, por favor.

Wilbur se puso de pie, y justo cuando miró hacia adelante, la ventana se abrió con fuerza, asustando a ambos.

Quackity acababa de entrar al cuarto, mientras explicaba que se había cansado de esperarlo y que moría por conocer a él padre de su esposo.

En realidad, no había parado de pensar sobre si lo habían dejado plantado o no.

Cuando el de alas amarillas vio al muchacho con el que Wilbur hablaba, lo tomó de el brazo, jalandolo hacia él mientras intentaba esconder los celos crecientes que tenía:
—Cariño, ¿quién es él?–Cuestionó.

—¿Y él?–Preguntó el chico.

—Soy su esposo.–Afirmó Quackity, mientras le mostraba la mano que portaba el anillo de bodas.

—¿Wilbur?

—Te lo explicaré.–El de lentes tomó a Quackity de la mano y la movió de un lado a otro.–Está muerto, mira.

Esto hizo enojar al híbrido de pato, quien dijo la palabra mágica para volver al mundo de los muertos mientras jalaba a Wilbur con él.

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—¡Me mentiste para volver con ese otro hombre!–Gritó el de la beanie mientras empujaba al chico, había lastimado sus sentimientos.

—¿Qué acaso no lo entiendes? ¡Tu eres el otro hombre! Yo debía de casarme con él.

—No, es mentira. ¡Te casasteonmigo!–La voz del chico se rompió, se podía escuchar la tristesa en su voz.–El es el otro hombre.

Se dio la vuelta, mientras se abrazaba a si mismo y mordía su labio inferior con fuerza, intentando calmar las ganas de llorar que crecían dentro de él.

El anciano Gutknecht carraspeo, llamando la atención de Wilbur.

Estaban delante de él.

Entonces, unas cuantas lágrimas escaparon de los ojos del pelinegro. Su ojo izquierdo junto con estas.

Al darse cuenta de esto, Wilbur tomó el ojo y lo limpió. Tenía una cortadura en medio de la pupila.

—Oye, perdón.–Habló con suavidad, mientras le entregaba el ojo. El pelinegro lo tomó sin voltear a verlo.–Pero esto no va a funcionar.

—¿Es por mi ojo, cierto?

—No es eso.–El castaño suspiró, dándole la espalda y comenzando a caminar con lentitud.–Mira, tal vez en otras circunstancias... no lo sé, somos diferentes. Tú estás muerto y...

—Eso debiste considerar antes de casarte conmigo.

—¿Por qué no entiendes que fue un error? ¡Jamás me casaría contigo!

El semblante de Quackity pasó de estar triste a estar sorprendido por lo que acababa de escuchar. Estaba tan emocionado por haberse casado que nunca se detuvo a pensar si Wilbur realmente quería estar con él.

Abandonó el lugar ante la mirada de Wilbur, sin decir palabra alguna.

El de lentes podía notar que las alas del chico estaban decaídas. Sabía que lo había llevado muy lejos, algo dentro de él picaba en señal de molestia.

Se sentía culpable.

I'll Be Your Wine ; TNTduo AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora