Condenados a un chapuzón

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Capítulo 3. Condenados a un chapuzón.

—¿Amaneciste en la cama de Momo con un pijama que no era tuyo? —preguntó Denki sorprendido en medio del salón de clases. —¡Arg! —se quejó dolorosamente al recibir un puñetazo en la boca del estómago por parte de Jiro.

—¡Baja la voz! —chilló la muchacha avergonzada, cerciorándose de que los demás compañeros de clase no escucharan.

—Mi error. —el rubio se disculpó débilmente por la falta de aire ante el golpe.

—Creo que dije algo que no debí mientras estaba borracha en su casa. —continuó, totalmente abochornada y afligida. —Y no recuerdo lo demás.

—¿Y eso es malo?

—¡Si! —chilló. —¿Cómo voy a hablarle ahora? Se suponía que me llevaría este sentimiento a la tumba.

—Que dramática.

—Quiero que la tierra me trague.

—Mmm... —murmuró Denki. —Podría no ser malo, creo que le gustas. —trato de alentarla. —Eras tú quien insistía con eso de declararse cuando alguien te gusta.

Jiro giró su rostro, mirando hacia el fondo del salón, donde Momo conversaba tranquilamente con Shoto, sin embargo, la vicepresidenta se percató de que era observada y también giró su rostro, haciendo contacto visual con Jiro.

La joven vocalista se sobresaltó y giró bruscamente su rostro sonrojado. —Prefiero huir como una cobarde. —dijo aterrada.

—Hashtag vagitariana en fuga. —se burló Denki.

Jiro volvió a darle un golpe en la boca del estómago, haciéndolo quejarse. —Como sea, ¿y qué paso contigo después de que me fui?

Denki hizo una mueca. —Tampoco recuerdo mucho —mintió—, desperté en la habitación de huéspedes, eso es todo.

Jiro afiló su mirada. —Claro, el chupetón en tu cuello se formó solo. —señaló.

La cara de Denki se puso de mil colores. —Mosquitos. —balbuceó, buscando rápidamente entre sus cosas la gargantilla negra, colocándosela y cubriendo la mancha roja.

—Tengo mis sospechas de quien pudo ser el mosquito. —murmuró divertida.

—Silencio mocosos. —interrumpió tajante Aizawa, ingresando al salón y poniendo orden. —Como sabrán se acerca el festival cultural, y cada salón deberá presentar un show.

—¡Podríamos hacer una obra de teatro! —chilló Uraraka emocionada. —Algo como Romeo y Julieta o la cenicienta.

—No todos sabemos actuar. —informó Tsuyu, provocando un puchero en Ochako.

—¡¿Qué tal un desfile de chicas en traje de baño?! —vociferó Mineta, recibiendo miradas de odio de las féminas.

—¿Qué tal música? —preguntó Denki.

—Tendríamos que tener un grupo que sea bueno. —dijo Hagakure.

—Y lo tenemos. —continuó Denki. —Algunos estamos en el club de música. —miró de soslayo a Jiro.

Ella, aterrada, únicamente movió sus labios de forma silenciosa, diciendo—: ¿Estás loco?

—¡¡Si!! —chilló Mina, quien ansiaba ver a sus amigos en el escenario. —Kaminari, Yaoyorozu, Jiro, Tokoyami y Bakugo pueden hacerlo.

—¿Quién mierda te crees para asumir que tocare junto a esos bastardos? —bramó Katsuki, asustando a Mina. —¡Tengo mejores cosas en que perder mi tiempo!

Si yo fuera tú: El festivalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora