S.H.I.E.L.D. (TXT)

4

-¿Chicos? ¿Está todo bien ahí dentro? Sus mentes están un tanto agitadas.

Tanto Daniel como Ben, se separaron, el menor solo acomodaba su ropa, arreglaba su cabello y se limpiaba los labios. El más alto la tenía más difícil, ocultar su erección sería un reto ya que era muy notoria, por lo que volvió a colocarse el pantalón que usaba para su entrenamiento y coloco lo mejor posible su dura longitud para que su líder u amigo no se diera cuenta de nada.

-¿Chicos?- pregunto nuevamente el líder.

-Eh, sí, todo está bien Soo, solo estábamos hablando de un par de cosas.- dijo el dueño de la habitación.

-Está bien, no hay problema, pero debes de regresar a tu habitación Ben, mañana nos toca chequeo a los tres y debemos levantarnos a las 5 de la mañana.- explicó Steve.

-¡¿Qué?! ¿Porque tan temprano? A Kai y a Terry les toco a las 7 de la mañana.- empezó a renegar el pelilargo mientras abría la puerta y encaraba a su compañero.

-No lo sé, pero son órdenes y deja de renegar, ya estas muy grande para hacer berrinches.- dijo el líder mientras se burlaba y regañaba a su menor al mismo tiempo que se iba retirando.

-¡No es justo!- empezó a alegar el más pequeño de los tres mientras se iba de la habitación.

Daniel suspiro por el susto que su amigo había provocado, pensó que los habían atrapado en el acto. Lo que no se dio cuenta mientras se volvía a desvestir era que su menor ingreso al cuarto nuevamente.

-Bueno, se me olvidó decirte buenas noches.- dijo el menor mientras veía que Daniel se cubría con la toalla su entrepierna.- Espero que sueñes conmigo, de preferencia haciéndome gritar.

El menor se acercó al mayor mientras decía eso y le dio una larga caricia al miembro cubierto del más alto mientras le guiñaba y se iba a su habitación.

El mayor gruñó por la nueva erección provocada por el mismo chico, por lo que, tomó su toalla y la enredo en su cintura, tomó sus objetos de higiene y se retiró rápido a las duchas, teniendo que lidiar con la erección una vez más, pero para la próxima, Ben no se libraría de ser jodido.

***

A la mañana siguiente, los tres Chois se encontraban despiertos y listos para hacer su chequeo regular, el proceso podía ser corto o muy largo, dependiendo del sujeto.

La revisión de Kai solía durar sólo una hora y media, si bien su poder era muy poderoso, no había muchos cambios en este.

Las revisiones de Ben eran las más cortas de los 5, con sólo una hora, revisando que sus alas estén en buen estado, su resistencia seguía siendo la misma y sus huesos se encontraban sanos.

Las revisiones de Steve eran las más variables, podían tardarse una hora, una hora y cuarto, o una hora y media, dependiendo del nivel de concentración de este.

Pero las revisiones tanto de Terry como de Daniel eran las más largas, tomaban desde tres a cuatro horas completar todo el protocolo para ellos ya que, regularmente encontraban una nueva forma de usar sus habilidades.

Sin duda, ambos mutantes de nivel omega eran muy poderosos, tal vez unos de los más poderosos que se hayan presentado durante toda la humanidad.

Tanto Ben como Steve, terminaron de forma rápida y tan pronto como les dijeron que habían acabado sus pruebas, se fueron a sus habitaciones para retomar su sueño.

O al menos ese era el plan inicial del más joven de los Choi, ya que, al ver a Daniel con aquella playera sin mangas que dejaba ver los enormes brazos tonificados del mayor, los pectorales grandes que se marcan en la tela de licra al igual que los definidos abdominales, hizo que a Ben se le hiciera agua a la boca.

Era interesante ver como le hacían las pruebas a los otros dos mutantes, usaban aparatos o técnicas más complejas, para empezar, se les realizaba un examen físico más completo a estos dos, no solo les hacían radiografías, también pruebas de sangre, comprobaban el estado de los músculos, pruebas de saliva, tomografías, pruebas psicológicas y demás. En el caso de Daniel, hacían que tocara algún tipo de baterías, que hacían al mayor recargar, analizando su energía era o no peligrosa, también hacían que absorbiera electricidad y subían de intensidad hasta el límite del cuerpo del azabache. Hace poco, Daniel supo que podía convertir su cuerpo en electricidad y transportarse por medio de corrientes de electricidad, algo que fascinó a todo el mundo.

Ver las pruebas tanto de Terry como de Daniel eran interesantes, a veces algo aburridas, otras no. Si tuviera que admitir, las pruebas de su mayor eran las más físicas, más pesadas y más desafiantes, por eso Daniel entrenaba duramente en el gimnasio regularmente.

También sabía que ambos mutantes escondían varias cosas, varias habilidades que S.H.I.E.L.D no sabía en absoluto. Ambos chicos les confesaron esto, pero no dijeron palabra alguna sobre cuáles eran esas habilidades.

Steve les había dicho que entendíamos y que esperarían cuando sea el momento de mostrar las nuevas formas de usar su poder. Ambos dijeron que no era porque no confiesen en ellos, sino porque querían guardar un par de trucos en caso de emergencia.

Steve había intentado averiguar qué cosa escondían, pero para sorpresa de los tres, Terry había logrado con un hechizo, hacer que su líder no se percatara de su mente a menos de que quisiera y Daniel había logrado que si su amigo intentase leer su mente, sólo logrará percibir su mente como una radio con estática.

Todos estaba orgullosos de pertenecer a S.H.I.E.L.D y ser los mejores agentes, pero sería muy estúpido confiar ciegamente en ellos, en el pasado ya habían logrado tomar el control de esta, y al menos, deberían de tener varios trucos para sí mismos.

El menor no negaba que, lo que más le gustaba era que casi desnudaban por completo al chico musculoso y lo hacían hacer un par de pruebas. Solo se limitaban a dejarlo en un trozo de tela elástica que hacía parecer muy pornográfico a su enamorado, y también sabía que algunos fisgones se lo comían con la mirada, algo que hacía hervir su sangre, pero que se limitaba a controlar.

Al final de esta, Daniel terminaba muy agotado por todas las pruebas que le hacían, y que, si hubiera alguna emergencia, Daniel no estaría al 100 para su misión.

Y solo ese día, el revoltoso y enamorado chico dejaba descansar al hombre que lo hacía suspirar cada minuto de su vida y que le hacía gemir en sus más sucios sueños.