Se encontraba leyendo el libro que su mejor amiga Minji le había recomendado, y estaba tan inmersa en la lectura que ni siquiera se percató de que alguien la observaba desde una esquina de la biblioteca. Relamió sus labios, cambió de página y con el índice derecho empujó suavemente sus lentes de lectura, evitando que se siguieran deslizando por el puente de su refinada nariz.
Detalles, todos esos fueron los más hermosos detalles que pasaron uno por uno en cámara lenta frente a Danielle, pues sus ojos ya le habían tomado mil fotografías a la castaña que se encontraba a unos metros diagonal frente a ella.
Vaya sorpresa, a Danielle le gusta una chica y es algo que no habla con nadie, ni siquiera con Hanni o Wonyoung que son sus mejores amigas.
Nunca lo hubiera imaginado, pero Kang Haerin se había convertido en su pequeño secreto desde hace una semana que se vió en la obligación de pisar la biblioteca para terminar su investigación de ciencias sociales. Lo admite, la lectura no es su pasatiempo favorito, aunque siempre se las arregla para tener uno de los mejores promedios.
Y bueno, una semana frecuentando el lugar no haría mucha diferencia, pero ya se sentía orgullosa de haber terminado el principito en un solo día y no sólo eso, sino que disfrutó cada segundo de la historia y aún más teniendo una motivación extra frente a ella.
Danielle se sentía fuera de sí desde que vió a esa misteriosa chica cuyo nombre es lo único que sabe gracias a esa placa de identificación en el uniforme escolar y por supuesto, definitivamente está dispuesta a saber mucho más que solo su nombre, a pesar de que lo único que hace es observarla desde la lejanía.
Cabe recalcar que Marsh siempre ha sido encasillada como la típica niña bonita, inteligente, popular y heterosexual. Toda su vida se ha acostumbrado a esa imagen que la gente a su alrededor ha construido sobre ella y con naturalidad empezó a interiorizarla, a ser esa Danielle de la cual sus padres, hermano y amigos estarían orgullosos siempre.
¿Pero realmente era su verdadero yo? Y si es así, ¿por qué duda ahora?
Tenía muchas preguntas y pocas respuestas, lo cual hacía todo aún más frustrante para ella. Pero de lo que sí podía estar segura es de su innegable atracción hacia Kang Haerin y ese repentino interés en la lectura. Inclusive Hanni se sentía sorprendida de que viniera casi diario a "leer".
Aunque en realidad, a este punto, quizás aprendería a leer expresiones faciales.
Intentando ignorar el lío que tenía en la mente, suspiró y tomó un libro cualquiera para fingir que lee algo importante.
—¿Desde cuándo lees al revés?
La voz de Hanni la tomó totalmente desprevenida, por lo que casi saltó en su lugar y el libro que tenía entre sus manos cayó de golpe contra la mesa frente a ella, provocando la risa de su mejor amiga.
Una curiosa Haerin alzó la vista un instante al escuchar aquello y ocultó una pequeña sonrisa, para seguir inmersa en la lectura.
—¿Podrías callarte? casi me provocas un infarto.— Posó una mano en su pecho y le dirigió una mala mirada a la pelinegra. —¿Qué haces aquí? se supone que estarías hoy con Wony en el receso.
—Los chicos de básquet jugarán un partido y no pienso quedarme para ver cómo se le cae la baba por ver jugar a Park Sunghoon.— Hanni fingió una mueca de asco, haciendo reír a la australiana. —Por eso vine a buscarte, así que deja de fingir con ese aburrido libro y ven a almorzar conmigo.
—Maldición, deja de hablar tan fuerte.—Hanni ignoró sus palabras y se llevó a rastras a su compañera de clase, por lo que Danielle, disimuladamente, le dió una última mirada a la castaña antes de estar fuera de la biblioteca.
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𝘿𝙄𝙏𝙏𝙊 - 𝘿𝘼𝙀𝙍𝙄𝙉
FanfictionEn el ajetreo cotidiano del instituto, donde las miradas se cruzan y los rumores vuelan, dos almas se encuentran en un inesperado cruce de caminos. Danielle, la chica popular cuya sonrisa ilumina los pasillos, y Haerin, la silenciosa amante de los l...