Una semana después
Se mueve con sigilo en el edifico que conoce a la perfección desde que era una adolescente, el conocido olor a óxido y sangre le dan ganas de vomitar pero comprende que al igual que ella, hay alguien que sufre entre esas paredes.
Finalmente llega a las celdas que mantiene prisioneros a los enemigos de la poderosa organización Rusa y lo que ve la horroriza: la delgada muchacha que lucha por mantenerse de pie tiene la mirada perdida y unas bolsas bajo los ojos que delatan su falta de sueño y Natasha cree que lo único que evita que colapse es su hermano que la sostiene por la espalda y lucha por mostrarse intimidante ante el grupo de científicos que los rodean maravillados. A ella no le sorprenden las precarias condiciones en las que los hermanos se encuentran sino que estén vivos y conscientes es lo que la descoloca, los reportes arrojan que llevan así casi un año pero el mayor parece harto y la muchacha agotada. Sin embargo, algo desvía su atención; en el fondo de una celda divisa el cuerpo mal herido de Yelena y su corazón se detiene, la sangre le cubre el torso y el rostro está casi irreconocible.—¿Nat, estás ahí? —el suave susurró de Steve en su oído le arranca un jadeo, uno que la hace consciente de que esta es la cruda realidad.
—Si, —susurra— Yelena y los gemelos están aquí.
—¿Y la situación? —en los pasillos aledaños, Steve Rogers se mantiene atento a las instrucciones de la pelirroja, ha luchado contra ella para acompañarla pero finalmente ha aceptado con la condición de que en esta misión, ella es la capitana.
—Critica. —su voz se escucha conmocionada del otro lado del intercomunicador, lo que aumenta la ansiedad en Steve— Debemos sacarlos de aquí, pronto.
—Entiendo, —Steve corre a través del pasillo y se monta en una ventila, arrastrándose hasta estar sobre la habitación; desde su punto de vista, ve a Natasha arrodillada tras una máquina, a unos metros observa ambas celdas y en base a la atención del personal deduce que los hermanos se encuentran en la de la izquierda— estoy en posición.
—Necesitamos una distracción. —la espía desea abrirse paso a la brava y sacar a su sangrante hermana de ese horrible lugar, sin embargo, también quiere ayudar a los hermanos cuyos rostros reflejan sus propios fantasmas.
—Déjamelo a mi, ocúpate de Yelena y yo de los gemelos. —el rubio saca una bomba de humo de su cinturón, cortesía de Iron Man y la activa— Te veo afuera. —promete.
Natasha asiente, aunque no la vea y examina el mejor camino para abrirse paso hasta la rubia. De un momento a otro, el humo llena la habitación y de un salto Steve baja de su escondite y comienza el combate; la pelirroja corre y derriba algunos enemigos hasta la celda, tras abrirla, se arrodilla junto a la espía y le toma el punto.
Esta viva.
Natasha suelta un suspiro.
—Yelena, —a sus espaldas escucha los golpes y patadas, esperando que quien las de sea el icono de América— por favor, responde.
Un quejido sale de la dañada boca de la rusa.
—Vamos, te sacaré de aquí. —con dificultad se pone de pie junto a su hermana, a quien arrastra a través del cuarto, esquivando enemigos y con el humo en su rostro.
—Tony, estamos listas. —Steve escucha en su oído y su corazón se tranquiliza.
—Cap, las tengo.
—Te veo en la base abandonada. —entre jadeos, Steve logra articular la frase que les da luz verde al resto de Vengadores a irse y tras un breve "entendido" la comunicación de corta. A él no le importa ser el único que se quede a pelear, Yelena necesita atención médica y Tony es el único capaz de curarla en ese instante; además que comprende que Natasha solo desea saber que su hermana va a recuperarse.
Tras unos minutos, el último soldado ruso cae y el rubio finalmente toma un poco de aire, el piso está lleno de enemigos y el humo se ha disipado dejando ver el confundido rostro de la delgada muchacha que lo estudia con ojos asustados, su hermano parece haber sucumbido ante el cansancio y yace junto a ella en el reducido espacio.
Steve deja el escudo en el suelo en señal de paz y abre con sutileza la celda, acercándose a paso lento y cauteloso; la castaña aprieta su cuerpo contra la pared, tiene miedo y él no la culpa; por lo que se quita el casco para que ella pueda verle el rostro.—Tranquila, no voy a hacerte daño. —murmura en ruso, solo sabe un par de frases que Natasha le ha enseñado para esa misión pero espera sean suficientes. Wanda Maximoff, por otro lado, queda prendada del inocente rostro que la observa con cautela y los bonitos ojos azules que le transmiten la paz que creía haber perdido para siempre, el corazón que creía muerto para siempre de pronto vuelve a latir con un mensaje que pensaba que jamás volvería a merecer: estas a salvo.
Ella suelta a llorar, y Steve intenta descifrar cuál paso es el idóneo, no parece ser mucho más joven que él, quizás un par de años pero en sus manos puede ver las heridas que la han llevado hasta ahí y eso le rompe el corazón, nadie merece pasar por ese infierno y el recuerdo de su querida pelirroja le sacude el alma.
—¿Cómo te llamas? —se ha arrodillado para verla mejor, aún mantiene un brazo protector sobre su hermano pero no aparta los ojos de él.
—Wanda. —susurra. La madre de Bucky se llamaba de esa forma y una sonrisa se le escapa al rubio, una que aleja todos los malos recuerdos de la mente de Wanda y le devuelven la luz al mundo.
—Mucho gusto Wanda, soy Steve, —él le tiende una mano— ¿Te gustaría que los sacara de aquí?
Ella asiente lentamente y acepta gustosa la mano que le tiende. Steve la aprieta un poco en señal de apoyo y se echa a Pietro en un hombro, Wanda no es capaz de soltar su mano porque teme que todo sea un sueño y se disipe pero mientras deja atrás la cárcel que fue su hogar durante casi año deja soltar las lágrimas que han acumulado su dolor y desea que el mensaje que Steve Rogers le transmite sea cierto y que finalmente pueda ser merecedora de algo bueno y que la haga la feliz. Él no es consciente de ello aún pero ha salvado a Wanda de más de una forma y ella solo espera que valga la pena.
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The Great War
Fanfiction"Durante toda mi vida escuché una voz que susurra en mi oído: ¡Vive, vive, vive! Es la muerte" Natasha Romanoff vive en un mundo que quiere matarla y conforme el reloj y sus enemigos avanzan, ella busca un refugio en la mitad de Brooklyn que le de f...