O1.

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Babe, I've been staring at you for a long time.






Bueno... ¿Las cosas podían ir peor no? Solo dos cosas importantes que Yang Jungwon le había prohibido a Shim Jake: Nunca tomar las cosas del refrigerador sin permiso, y dos, nunca acercarse a su vecino motociclista ridículamente guapo y perfecto. Esto lo sabía muy bien, quizá su amigo era de los que no quería verlo sufrir después por alguna decepción. Sin embargo, Jake estaba lo suficientemente encantado y decidido, que su advertencia fue demasiado tarde.

—¿Qué fue lo primero que te dije que no hicieras, Jake? —Jungwon se encontraba con un rostro decepcionado y molesto.

Por supuesto que esas dos horas de charla motivacional que le dio para no caer en las redes mortales del amor, no habían sido solo por aprecio a su amistad sino que también había gastado tiempo, saliva, e incluso su paciencia.

—No tomar las cosas del refrigerador sin permiso —contestó, bebiendo de su té, y de alguna manera buscando la posibilidad de esconder toda su presencia de la furia de su mejor amigo en la taza.

—Eso no fue que quise decir, y lo sabes —respondió de brazos cruzados—. Dime que fue lo que hiciste.

—Idear un plan para acercarme al chico motociclista super guapo del piso doce que tengo como vecino —susurra a penas con un tono de voz audible.

Además de sentirse como un niño recién regañado por haber hecho una travesura, también estaba el hecho de tener aquel distractor que quería evitar en la misma cafetería en la que se encontraba.

—¿Y que fue lo que te dije que no hicieras?

—Acercarme... —resopló—, ¡Pero en mi defensa solo diré que no fue nada malo, okay! Tú crees que yo voy seduciendo por ahí a cualquier chico guapo que se me cruce y eso no es cierto... Solo lo hago con él... —a medida que va hablando, baja la voz—. Además, la posibilidad de que me haga caso es una en un millón. Lo más que he logrado es cruzar miradas. Y mira que eso es mucho para mí, eh.

Jungwon rodó los ojos y miró justamente a la dirección donde Jake se encontraba mirando. Y como no, ahí estaba aquel chico por el que su amigo perdía la cabeza.

Realmente era muy atractivo. Su cabello cenizo era un poco largo, lo suficiente para que el flequillo cubriera parte de su frente, una oreja perforada con varios aretes, y ni hablar del aura que lo rodeaba. Definitivamente daba la impresión de golpear a cualquiera que se atreviera a molestarlo.

Y solo por una fracción de segundos, aquellos ojos oscuros y profundos se posaron sobre ambos chicos que lo veían a lo lejos. Inmediatamente Jake desvió la mirada, entrando en pánico, y observando a Jungwon.

—¡Está viendo hacia aquí!

—Si no me lo dices, no me doy cuenta—contestó, bebiendo tranquilamente de su café negro.

Jake se dio cuenta que aún aquel hermoso chico los veía extrañado. Y estaba casi seguro que, de no hacer nada en las siguientes veinticuatro horas, él mismo entraría en su departamento y cometería una locura.

—¿Sabes que, Jungwon? Ya me cansé. Haré algo por el bien de ambos, ya lo verás.

𝟭𝟮𝗧𝗛 𝗙𝗟𝗢𝗢𝗥 𝗕𝗢𝗬'𝗦 𝗔𝗣𝗔𝗥𝗧𝗠𝗘𝗡𝗧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora