O3.

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Your lips taste as lollipop

La frase «Bonitas piernas» fue la última que Heeseung le dijo a Jake y que este pudo escuchar. No negaba que eso le hizo sentirse más avergonzado de lo realmente estaba. Y eso que solo fue capaz de escuchar la primera parte. Porque de haber escuchado la segunda, no hubiera podido sobrevivir.

—Bonitas piernas —susurró Heeseung a un tímido Jake que se alejaba por el pasillo. Luego de dar el detalle de la pantuflas, Heeseung volvió a su típica seriedad, inspeccionando su cuerpo mientras se alejaba. Debía admitir que a pesar de verse tan casual y hogareño, ninguna prenda podía ocultar sus piernas largas y su pequeña cintura. Heeseung sonrió para sí mismo. —Pero se verían mejor si estuvieran en mis hombros.

Si Jake pensaba que era completamente invisible para su vecino, debía estar preparado, porque después de captar su atención, no había nada que hiciera a Lee Heeseung retroceder.












‹ ☆ ›












El reloj marcaba las siete con cuarenta. Jake y Jungwon veían tranquilamente una película de terror, mientras compartían el bowl de palomitas.

Era viernes por la noche, y como era costumbre de cada viernes, ambos siempre preferían tomarse un descanso de una larga semana en su departamento, en lugar de visitar discotecas o bares. En realidad, siempre fueron muy tranquilos. No necesitaban estar metidos veinticuatro siete en ese tipo de lugares para decir que se divertían.

Algo sencillo como películas, comida chatarra, y videojuegos les era suficientemente para tener una buena noche. Y sin necesidad de alcohol.

—¿Crees que al final la maten? —preguntó Jungwon riendo, mirando la sobreactuada escena de la película. En lugar de provocarle terror, una profunda risa y pena ajena le invadía.

Jake rió, llevándose a la boca unas cuantas palomitas de maíz. Él tampoco era de los que se asustaba fácilmente. Al menos no con esas típicas películas de "terror" que daban más risa que terror en sí. Sobreactuación, mala trama, y unos efectos especiales más falsos que los mismísimos fantasmas.

¿Y por qué veían ese tipo de films si eran tan malos? Básicamente por diversión. Porque disfrutaban criticarlas y burlarse.

—Sobrevivirá, y cuando piense que todo lo malo pasó, ¡boom! Un inesperado giro en la trama. Morirá. Tan predecible como siempre —comentó.

Yang le dio la razón.

—Por cierto, Jakey, ¿Qué pasó con Lee? ¿Por qué tardaste tanto? —Jungwon dejó de ver la pantalla del televisor, y esta vez se dirigió a él con un rostro curioso. Fuese lo que fuese, Jake había vuelto a la habitación de todos los colores posibles, sin mencionar nada.

Pensó que se lo comentaría después, pero al no ver señales de querer contarle, no soportó la tentación de preguntarle directamente. Quizá Jake le mentiría, pero al menos se quedaría con la tranquilidad de haberlo cuestionado primero.

—¿Por qué supones que pasó algo? —desvió su mirada.

Esa fue la señal que estaba esperando Jungwon. Definitivamente había pasado algo, más cuando se le veía actuar de esa forma, tan tímido y nervioso.

—¿En verdad quieres saber? —Yang enarcó una ceja. Jake lo volteó a ver como si esperara que continuara—. Bien, para empezar duraste más de lo que realmente puede tardar un recado en ser dado. Segundo, llegaste casi como un tomate, y como si fuera poco, ahora mismo estas evitando el tema. Si esas no son evidencias suficientes, entonces no sé que enfermedad rara puedes tener.

𝟭𝟮𝗧𝗛 𝗙𝗟𝗢𝗢𝗥 𝗕𝗢𝗬'𝗦 𝗔𝗣𝗔𝗥𝗧𝗠𝗘𝗡𝗧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora