Chapter 2

126 19 0
                                    

POV omiso

Después de aquel día Shika no volvió a ver a Yutshu debido a que le toco cuidar de otras salas, pero ahora las tres mujeres estaban esperando a los niños en la entrada, hoy les tocaba el último turno igual que aquel día.

Mientras saludaban a los pequeños y hablaban entre ellas, la castaña pudo observar como aquella castaña venía con la mirada baja y pateando una piedrita.

— Buenos días, Yutshu-chan. –La saludo felizmente. La niña elevó su mirada con brillitos en sus ojos y fue a abrazar a la mujer haciéndola caer al piso, dejando así a las otras cuidadoras heladas por aquello.

— S... Shika-chan... –Juka temblorosa quiso advertirle a su compañera.

— Ha estado algo triste estos días, esperaba verte. –Una voz suave y madura atrapo la atención de Shika.

Sin duda era el mismo hombre con el que había chocado días atrás.

— Ven, dejame ayudarte. –Kakucho extendió su mano para tomar la de la mujer que aún sostenía a su hija en brazos. – Shu, debes tener más cuidado la próxima.

A la pequeña se le subieron los colores a la cara por la vergüenza y, con ojitos de cachorro, se terminó disculpando con Shika.

— Lo siento, señorita Shika. –La castaña término por devolver el abrazo para después bajarla al suelo.

— No es nada, Yutshu-chan. También me alegra verte, pero ahora ve con los demás, en un rato voy. ¿Si? –Shika hablaba con amabilidad a aquel rayito de sol que le tocaba cuidar.

La niña asintió y se fue alegre dentro de la guardería.

— Lamento eso, Shu se encariña rápido con las personas. –La castaña volvió a girar para observar al hombre frente suyo.

En estos momentos se estaba reprochando sus propios pensamientos, y es que debía de admitir que los trajes le sentaban de maravilla.
Rápidamente borro aquello de su mente para seguirle la conversación.

— No hay problema. Yutshu es una de las mejores niñas que he cuidado hasta ahora. –Comento alegre.

El hombre estaba completamente seguro de que aquella mujer no sabía con quién estaba manteniendo una conversación, de lo contrario estaría como sus compañeras las cuales estaban nerviosas e inquietas.

El tener una conversación normal después de mucho tiempo por alguna extraña razón le hizo sentir una calidez y paz inexplicable a su conciencia.
Como si le diera una mínima posibilidad de pensar que podía volver a aquellos años de adolescencia que tanto anhelaba por momentos.

— Hitto Kakucho, es un placer conocerla, señorita. –Al ver las acciones del hombre, Shika pensar que se iban a dar un apretón de manos o algo similar, pero en cambio este agarro suavemente su mano y, aun observándola con aquellos hermosos ojos bi color, planto un casto beso en el dorso de esta.

Ante tal acción los colores fueron inevitables, el tenue rojo se extendía por las mejillas de la chica y eso era más que suficiente para que Kakucho se sienta satisfecho.

— Tatsuki Shika, igualmente es un placer. –Kakucho por su parte hizo como si de verdad fuese la primera vez que escuchaba su nombre, y se dispuso a despedirse amablemente de Shika.
Si no fuera por trabajo hubiese seguido reteniendo más aquella conversación.

Entro al coche siendo recibido por su chofer e Izana, el cual sonreía al haber visto aquella escena.

— ¿Y? ¿Qué piensas hacer, Kaku-chan?

— Hablaré en un rato a la dirección. Quien le diga mi verdadero trabajo le volaré la cabeza en mil pedazos.

Ante tal declaración Izana solo pudo reír por aquello, pero sabía perfectamente que su amigo hablaba en serio.

La niñera | Hitto Kakucho (Tokyo revengers)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora