Flor Del Amor | Paraguay x Australia

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Cuenta una historia, que mientras dos amantes escapaban de las cadenas que sus reinos les habían puesto, huyeron juntos en mano unida por el bosque embrujado y siendo conocido por la mala fama de asustar niños con bestias monstruosas o por el simple hecho de hacer desaparecer a la gente aventurera que nunca temían a nada. Para la luz del sol, ese bosque era inaccesible, como si hubiera puesto una barrera para evitar todo tipo de iluminación.

Los vientos se sentían fuerte, y mientras corrían temerosos por el final que el destino les tenía hecho, lloraban y gritaban por piedad.

Solo querían sembrar su amor como alguna vez soñaron como niños; sin embargo, la chica ya tenía un compromiso pendiente y el chico tenía una batalla en la cual dar su vida para salvar a su reino.

"Los galopeos de los caballos se escuchaban más y más fuerte. Sus respiraciones ya no podían evitar cortarse con cada paso dado.

–¡allí estan!–.

–Atrapadlos y traedmelos–.

Voces y más voces en contra de ellos solo les bajaban las esperanzas.

Ya no había vuelta atrás, aún si Cristo deseaba, las oportunidades de volver eran imposibles, ya cada uno era consciente de las terribles consecuencias que se les presentaría por este acto inapropiado. Desde látigos hasta quemaduras contra ellos.

Ambos muchachos pararon encima de un acantilado, cansados y obstruidos por el camino incompleto, se abrazaron y nunca se soltaron.

Iban escuchando como el ladrido de los perros los rastreaban con tanto profesionalismo, como una fiel maquina a su amo para satisfacerlo con sus funciones.

La muchacha solo lloraba del dolor emocional por no poder ser bendecidos con la compañía del otro.

–...tengo miedo–.

–no llores linda–.

El joven muchacho siendo testigo de como su futura mujer agonizaba del miedo, y como su pueblo y el de su amada se juntaban por la traición dada, termino arrodillandose, tomando la mano de manera firme de su amor eterno.

Fue justo en ese momento donde todo paro, los pueblos unidos eran testigos de como el amor podía seguir aun si el acantilado más profundo de la historia estaba al lado.

–my dear... eres la persona más berlla y hermosa que mis ojos pudieron encontrar ese día del baile real, aún si las armas y las guerras era lo único que nos unía en pueblo, sentí amarte y seguirte sin miedo a caer en el fondo del acantilado. Eres quien tomo mi corazón y lo cuido, dejando una semilla que sembró y se convirtiendo en el amor más puro que deseo transmitirte–.

Los guardias llegaban rápido por ordenes del rey, padre de la muchacha y gobernante del pueblo.

Molesto por todo, sin piedad ordeno la cabeza del muchacho.

–... aunque posiblemente fallezca frente a tus ojos, deseo preguntarte esto–.

La muchacha solo se dejo guiar por sus palabras.

–... my dear... ¿Te casarías conmigo? Sea en esta vida o en la próxima, deseo estar contigo en matrimonio–.

–Y-yo...–"

—¡Paraguay! ¿Viste mi libro de...?— Argentina se quedo estatua cuando vio en manos de su hermanito su libro favorito de su estantes.