El día había ido bien. Bastante bien considerando que Kun estaba más que distraído revisando constantemente su teléfono cada que tenía unos pocos segundos para poder averiguar cómo Chittaphon lo estaba haciendo en la manada que pudiera o que no ser hostil a él, ya sea como un defecto, o como un zorro.
De alguna manera, a través de todas las compras para los camarones frescos, pescado, frutas y verduras, y luego pasar el tiempo supervisando a los cocineros y asegurándose de que todo lo que salió a las mesas de los invitados estaba perfecto, se las arregló para enviar cerca de diez mensajes de texto en su nuevo teléfono.
Lo cual le recordó que todavía tenía que ponerse en contacto con la floristería acerca del reembolso.
O tal vez simplemente lo dejaría pasar desde que el nuevo iPod de Ten ya estaba sacándole mucho al tipo.
Las respuestas que recibía eran siempre las mismas. Ten lo estaba haciendo bien. Taeyong se estaba convirtiendo en amigo rápidamente con él y ambos se divertían hablando de juegos y otras cosas. Al parecer Jaehyun todavía era cauteloso cada vez que los cachorros estaban cerca, lo cual tenía sentido ya que Ten era todavía un desconocido, pero hasta ahora parecía que no había nada malo con que Ten estuviera en la propiedad de la manada. Por ahora.
XiaoJun hizo un mohín mientras trabajaba, obviamente picado por haber sido pasado por alto para la promoción. Sin embargo, Kun todavía era capaz de manejar eso muy bien, y finalmente tuvo la oportunidad de hablar con Taeil sobre Chittaphon.
―¿Quién? ―El hombre mayor le preguntó.
Kun parpadeó.
―¿El chico que lava los platos? ¿El de las orejas de zorro? ―Preguntó, incluso puso los dedos sobre su cabeza para imitar lo que parecería un conjunto de orejas asomándose ahí arriba ―¿Tiene una cola?
―Oh, cierto. ¿Cómo se les llamaba, un defecto, verdad? ¿Así es como todos los llaman?
―Bueno, no todos nosotros ―Dijo Kun, lamentando haber llamado a Ten un defecto en absoluto.
Taeil agitó la mano, rechazando toda la cosa.
―Sí, bueno, ahora lo recuerdo. Pasamos por tantos malditos lavavajillas que estoy sorprendido de que no lo recuerdo, teniendo en cuenta lo mucho que ha trabajado aquí.
—¿Por qué habría que tener problemas para recordar a alguien con orejas y una cola? ―Preguntó Kun.
―Bueno, ya sabes, contrato a muchos de esos tipos. Es un truco que harías bien en aprender ―Dijo Taeil, y tenía una sonrisa en su rostro mientras él y Kun caminaban alrededor de la cocina.
La fiebre de la cena había terminado, y pronto sería hora de ir a casa. Todo lo que se necesitaba era hacer que los otros chefs limpiaran, y luego el personal de noche podría hacerse cargo de las órdenes finales.
Kun no estaba siguiendo a Taeil en absoluto ―¿Qué quieres decir?
Taeil suspiró ―Ven conmigo a mi oficina ―Dijo.
Kun siguió al hombre, consciente de que XiaoJun todavía estaba mirándolo como lo hacía, pero no le importó.
Subieron por las escaleras, y Taeil cerró la puerta.
―Lo que estoy a punto de decirte no es exactamente ético, sino que ahorra el dinero de la cocina, y nos permite que tengamos más para gastar en una buena comida mientras mantiene suficiente personal para que los cocineros no estén sobrecargados de tareas que no necesitan hacer.
―No estarás diciendo que le estás pagando por debajo de la mesa, ¿Verdad? ―Kun preguntó.
Sólo medio pensó eso. No había pensado que Taeil asentiría su cabeza mientras se servía una copa.