—Oh Sarada estás aquí. Pensé que estabas con Himawari y Boruto. —Le hablo la mujer de cabello rosado a su hija de 7 años que solamente llevaba un año en la academia.
—No. Hinata-sama se los llevo a un especie de picni, no quería incomodar —se ajustaba sus lentes rojos y seguía en la sala leyendo su libro.
—Ah, ya veo, pero creo que seguro Hinata le hubiera gustado que fueras con ellos —comentó mostrando una sonrisa.
—Tal vez, pero no quiero estar con el baka de Boruto. Es tan molesto, ruidoso y siempre me mira enojado cuando muestro mis habilidades —termino de decir y Sakura se rió haciendo que su pequeña hija levantara su ceja.
Sakura se encontraba en la puerta de la sala ya que iría a otra parte de la casa a hacer sus deberes. Sarada había terminado su tarea que le encargo su sensei de academia, Aburame Shino.
—Eres igual a él —dijo entre risas.
—¿Él? ¿Quién, madre? —preguntó curiosa.
—Tu padre.
—Mi...padre —dijo en un susurro.
—¡Oh! Es verdad. No me acordaba, tu no lo conoces —Sarada asintió dándole la razón.
—¿Cómo era él, madre?
Al preguntar eso Sakura sonrió de lado e indirectamente se llevo su mano derecha al pecho recordando momentos con Sasuke, en la academia y en las misiones, varios momentos bellos y felices. Bueno sólo los momentos bonitos para ella.
—¿Que cómo era él? —Sarada asintió de nuevo impaciente y Sakura suspiró como una chica enamorada. Luego Sakura se sentó en un sofá —Hum...tu padre era de esas personas serias, frías, algo orgullosas, un poco engreídas. En fin todo de un poco —le sonrió nerviosa.
—¿Mi padre es un gran usuario del Sharingan? —casi no le molestaba que su padre fuera así.
—¡¿Qué?! ¡Por supuesto! Shannaroo. —Sonrió y dijo orgullosa luego Sarada también sonrió —¿Qué pregunta es esa?
—Lo siento —rió un poco —¿Madre, cómo se conocieron tu y mi padre?
De inmediato Sakura se sonrojó.
—¿Por qué de repente preguntas eso, Sarada?—intentaba ocultar su sonrojo.
—Curiosidad, nada más —se volvió a ajustar sus lentes.
—Creo que tienes deberes, Uchiha Sarada —intentando cambiar de tema.
Sarada bajo su cabeza ahora estaba triste pues quería saber más de su padre.
—Todos —llamo la atención de su madre. —Veo como sus padres vienen a recoger a sus hijos en la academia. ¿Pero y yo...? —Sakura cambio su semblante a uno triste —E incluso veo como el Séptimo recoge al baka de Boruto a la academia. Quisiera tener ese vínculo.
—Pero lo tienes conmigo —le recordó, la pequeña suspiró.
—No, no es lo mismo —se levanto del sofá y guardó el libro que estaba leyendo y salio afuera a pasear.
Sakura la mira triste. Y se dispone hacer sus deberes.
«Sasuke...»
Sarada salio de su casa y se dispuso a caminar seriamente mientras que miraba el suelo sin percatarse, había llegado por los pasillos de algunos lugares y choco con cierta persona.
—¡Auch! —se quejo la pequeña oji negra dandose suaves masajes en la cabeza. Levanto la mirada. Notó que ese cabello dorado en picos y una vestimenta naranja con negro que ella tanto conoce.
—¡Oh! Sarada-chan disculpa —se disculpó el hombre.
—¡Séptimo-sama! -dijo sorprendida casi no se le veía muy a menudo el actual Hokage ya que el trabajo es más duro. —No, la culpa es mía. No miraba por donde iba —se rió la niña.
—Esta bien, ¿a dónde vas? ¿Irás al picni que mi amada esposa organizo? —Sarada rió, le gustaba mucho como se refería él a Hinata.
—No.
—¿Por qué? Sakura-chan es muy estricta —dijo burlón.
—Bueno si, solo a veces —le sonrió —además no quiero incomodar.
—Pero si no eres una molestia.
—Aún así. Séptimo-sama ¿cómo es que usted va a ir y el trabajo? -Naruto hizo una cara burlona que la pequeña Sarada no entendía.
—He dejado un clon no se dará cuenta —rió.
—Oye Naruto —llamo su consejero abriendo la puerta sin dejar de mirar unos documentos.
—¿Qué pasa Shikamaru? -hablo el clon de Naruto sentado leyendo algunos papeles.
Shikamaru sonrió de lado, por una parte entendía a Naruto. Ahora con sus trabajos ninguno puede convivir con sus familias y sólo esta vez lo dejo pasar.
—No, nada en especial —e entrego los documentos —ya sabes que tienes que hacer con ellos —sonrió de lado y se retiró.
—Si.
Naruto estornudo.
—¿Le pasa algo, Séptimo-sama? —preguntó la pequeña oji negra.
—No, estoy bien. Seguro Hinata está pensando en mí.
—Digame, Séptimo-sama —Naruto la observa —¿Por qué dejar el trabajo por su familia? —le sorprendió lo dicho por la pequeña y luego sonrió.
—¿Sabes?... Sarada-chan, mi sueño fue ser Hokage desde que era muy niño ¡Dattebayo! Pero jamás pensé en tener una familia aun así ellos respetan mi sueño y saben que mi trabajo es muy extenso y por ese trabajo yo no estoy muy a menudo con ellos, es por eso que algunas ocasiones me escapo de la oficina para estar con ellos, con mi familia.
—¿Familia, eh? —Mormuro la pequeña — a veces me preguntó como era mi pa...—fue interrumpida por una alarma, se trataba del reloj del Hokage. O mas bien Naruto porque ahora era sólo un padre y esposo. Cuando usa el manto de Hokage es porque está trabajando.
—Disculpa Sarada-chan pero ellos me esperan les quiero dar una sorpresa —se fue y levantó la mano para despedirse —¡Adiós!
—Adiós, Séptimo-sama.
La pequeña siguió caminando.
—¡Oh! Es verdad a lo mejor el Séptimo-sama sabrá algo de mi padre. Seria bueno preguntarle.

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Tu nombre sera Sarada [SxS] |Editando|
Fiksi PenggemarAbarca después del manga 700 pero antes del Spin-Off. Sarada tiene 7 años de edad. Desde que era pequeña ella vio que sus papas recogían a sus hijos a la academia o que el papá jugaba con su hijo. Sarada odia y envidia a esas personas siempre ella...