(...)

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La botella que se había llevado ya estaba casi vacía, tenía una gran resistencia al alcohol por lo cual aún estaba muy consciente. Maldecía internamente esta resistencia, no dejándole ahogarse en alcohol y olvidar todo por un segundo ¿Desde cuándo se había vuelto tan miserable?

Estaba bebiendo sin parar mientras pasaba por su cabeza todas las cosas que habían pasado, se estaba hundiendo y ni siquiera era capaz de expresarlo o decirlo. El gran Jaekyung nunca abriría sus sentimientos con otras personas, realmente ni el mismo se comprendía.

No había nadie que pudiera comprenderlo, después de todo es alguien que no necesita a nadie, y nunca los necesito, o eso intentaba convencerse. Quien más le era de utilidad fue Kim Dan, pero solo lo veía como un objeto, no alguien a quien apreciar como un amigo o compañero.

Sus emociones eran un desastre, le frustraba no saber que era lo que le pasaba, nunca se tomó el tiempo de analizarse a sí mismo.  Sus enojos por alguna razón desaparecían de la nada, haciéndolo sentir débil, sensación que detestaba, Joo Jaekyung no era débil, no lo era, pero no se podría decir lo mismo emocionalmente, ahí era el más débil.

Miraba por la ventana sentado en una silla con una copa en su mano y la botella en la otra. La playa estaba completamente oscura y desolada, miraba la caseta mientras le daba un trago a la copa, definitivamente ahora le interesaba esa pequeña caseta.

Quería saber de dónde había sacado el dinero, quería saber cómo había llegado a ese lugar y quería saber aún más por qué lo abandonó de esa forma.

Tiro la copa haciendo que esta se rompiera en pequeños fragmentos, con molestia directamente de la botella tomo lo que restaba de la bebida, el líquido bajaba de su boca hasta el cuello. Al terminar tiro la botella causando aún más ruido, como no era sorpresa, comenzaron a tocar su puerta.

- ¡Lárguese!- Grito molesto.

Pero los golpes en la puerta no paraban, haciéndolo levantar de su silla de forma brusca, a paso pesado se acercó a la puerta para abrirla, una vena de enojo se remarcaba en su frente.
Un chico se hizo presente a su vista, relajo su expresión al ver su aspecto, era delgado, castaño y ojicafe, tenía un gran parecido con el fisioterapeuta.

- Disculpe por molestar... No puedo dormir con el ruido.- Comento algo apenado.

En la cabeza del azabache pasaron las escenas de cómo era Dan antes, tenían demasiado parecido. Su cuerpo comenzó a sentir un calor al pensarlo, y su mirada se mantenía en el más pequeño.

- ¿Quieres coger?

Pregunto directamente sin titubeos haciendo sorprender al castaño haciéndolo sonrojar.

- ¿Eh? ¿Qué clase le pregunta es esa?- Pregunto el chico con demasiada vergüenza.

Jaekyung solo alzo una ceja mientras lo analizaba de arriba hacia abajo, le parecía sorprendente e interesante el parecido.

- Responde, si no lárgate.

El menor se sorprendió aún más con la franqueza del azabache, y aunque acostarse con alguien que ni conoces suena mal, al parecer a ambos no les importaba. El chico entró a la habitación dejando en claro que aceptaba la propuesta del más alto.

(…)

Mientras sus pieles chocando retumbaban en la habitación, Jaekyung no dejaba de pensar en un nombre en específico. Verlo de espalda era como si en verdad estuviera con él, solo que no se sentía tan bien, no se sentía igual.

Lo tomo por el cabello para aprisionarlo contra la almohada haciendo gemir al contrario que parecía estar disfrutando la noche, Joo, por el contrario, no parecía estarlo disfrutando, lo único que se podía disfrutar era verlo de espalda, por eso se negó a que lo hicieran de frente, no quería verle el rostro.

Tenerlo de espalda ayudaba a que pudiera imaginar a quien no abandonaba su cabeza, no sabía si era causa del alcohol la necesidad que tenía.

- Dan...- Murmuró suavemente en un suspiro.

Era un bastardo, el bastardo que lo había abandonado, el bastardo al cual quería ver comiendo tierra y ser miserable, pero no dejaba de pensar en las veces que cogían sin parar, quizás más que ser su amuleto de la suerte, también lo llenaba de alguna forma en la parte sexual, lograba satisfacerlo.

Cuando supo que se había ido, se volvió loco. Tuvieron que cambiar todos los sacos del lugar, ya que Jaekyung los había roto todos en un ataque de ira, nadie comprendía realmente por qué se comportaba así, quizás algunas sospechas comenzaron a aparecer, pero desaparecieron al justificar su “ruptura”. Que casualmente coincidía con la desaparición de su fisioterapeuta.

La rabia lo había ayudado a ganar una pelea cercana sin necesidad de Dan, haciéndolo sentir orgulloso, de alguna forma sentía genial poder hacerlo sin la presencia de ese miserable, pero con la siguiente pelea no tuvo la misma suerte.

Dejando a la vista a un “patético” Joo Jaekyung, quien perdió su primera batalla después de tantas victorias. En un principio el fisioterapeuta no hizo falta en su vida, pero al pasar de los días comenzaba a sentirse más desesperado al no encontrar con quién sustituir el sexo.

(...)

Al día siguiente se despertó con el extraño a su lado, haciéndole hacer una mueca. ¿En qué estaba pensando? No sabía ni siquiera su nombre, se había dejado llevar como si fuera un necesitado de sexo.

Se levantó dejando al castaño en la cama, no quería estar en esa habitación y esperaba que cuando volviera ya no se encontrará ahí.

Nuevamente salió de su habitación, interesado en ver nuevamente al ex fisioterapeuta ahora barista en un pequeño puesto playero. Una sonrisita de burla apareció en el rostro de Jaekyung al pensarlo.

- ¿Qué bebida desea?- Pregunto el barista sin mirarlo.

Jaekyung se acomodó en la barra apoyando su cabeza en su mano mientras miraba interesado como limpiaba unas copas.
Al no recibir una respuesta, el castaño levanto la vista, por fin percatándose que era el pelinegro.

- Ah, ¿Vienes a pagarme? Me regañaron por tu culpa.- Miro de mala manera al contrario.

Jaekyung solo sonrió ante la mención del regaño.

- Vengo a pagarte, ¿Me crees pobre como para robar?- Su pregunta no parecía ser en broma.

Dan solo suspiro ante su comentario, era el mismo Joo Jaekyung, por un momento había pensado que alguien como él podía cambiar, pero veía que aún tenía la misma actitud, lo de la noche anterior quizás fue un milagro del cielo.

Extendió su mano esperando el dinero.

El contrario solo metió su mano en su bolsillo, sacando un par de billetes de alta denominación, pagando aún más de lo que debía, sorprendiendo a Dan.

- ¿Por qué tanto dinero?- Pregunto de forma dudosa.

Joo solo se separó de la barra para darse media vuelta sin responder la pregunta.

- Mi habitación es la 132 del último piso, te espero allí a las 10, si no llegas te esperaré aquí a las 12.

Miro de reojo al castaño que parecía estar un poco desconcertado por sus palabras.

- Estoy pagando para que asistas, quiero que me respondas unas preguntas.

Sin dejar que nuevamente el contrario dijera algo, se fue a un paso tranquilo. Dan tenía tantas quejas y dudas respecto a su repentina petición, lo molestaba aún más saber que aún lo quería comprar con dinero. Jaekyung era alguien egoísta que nunca cambiaría.

𝔑𝔲𝔢𝔰𝔱𝔯𝔬 𝔲𝔩𝔱𝔦𝔪𝔬 𝔢𝔫𝔠𝔲𝔢𝔫𝔱𝔯𝔬 | 𝔍𝔦𝔫𝔵 | Donde viven las historias. Descúbrelo ahora