ꜱᴛʀᴇᴀᴍꜱ-ⓇⓊⒷⒾⓊⓈⓅⓁⒶⓎ

Y

(Créditos a Mati, Twitter)

-AURON

-Joder...- Sinceramente no me podía sacar lo que acababa de pasar de la cabeza y en qué cojones estaba pensando, "¿Me ha gustado?"

Estaba intentando dejar ese pensamiento de lado, es decir, a mí no me atraía Rubén...Qué digo, nisiquiera me atraían los hombres, ¿a quién le va a acabar gustando una polla?

Pero todos los sucesos que han ido pasando últimamente, las miradas cómplices, los abrazos, apodos...El beso...y después acababa pensando en lo último de todo, eso.

Podía sentir como se me sonrojaba toda la cara y mi temperatura corporal subía más de 10 grados en milisegundos...

¿Qué cojones es este sentimiento, tío?

Pensé en el menor, en cómo me gustaba su pelo castaño esponjoso, en cómo me atraían esos ojos castaños "inocentes", en su esbelta y, para qué engañarnos, alta figura, en su mandíbula marcada, facciones...

Después intentaba pensar cómo es que se me vería en tercera persona a mí mismo, observándole cuando apartaba la vista a otro lado, fijándome en los pequeños detalles que conseguía cada día al verlo, aprendiendo nuevas cosas de él cada día, como ambos nos tornábamos rojos con cualquier comentario sacado de contexto.

De repente, sentí una pequeña punzada de dolor abajo, miré por inercia y grata fue mi sorpresa al ver como mi cuerpo había reaccionado a los recuerdos del menor.
Se me había parado de nuevo.

-Mierda...

Me sobé el rostro, de todas las personas y fans del mundo, ¿por qué me tenía que estar pasando aquello a mí? No era tonto, sentía una ligera atracción hacia mi amigo, ¿siquiera lo podía seguir llamando así o solo estoy confuso?
No paraba de cuestionarme.

Pero quería estar seguro, no sabía si aquel sentimiento era el tan llamado y conocido amor, sólo algo pasajero o únicamente aprecio y adoración.

¿Sería este solamente un mensaje del destino para decirme que no era tan hetero como pensaba?

¿Sería que me estaba enamorando del castaño?

¿O sería que únicamente estaba pasando una etapa de confusión con mis sentimientos?

Esas tres preguntas rondaban en mi cabeza una detrás de otra, hasta que caí en la cuenta.

Estaba desnudo, sin ropa, en una cama grande casi matrimonial destrozada y sucia de aquel espécimen blanco y, rematando, con la polla medio levantada y dura como una asta, para añadir.

Estaba cansado, quería dormir, mi cuerpo rogaba por más atención, pero no iba a ceder ante aquella tentación.

Acto seguido fui con mi pijama, que por lo menos había tenido la decencia de mantener limpio, al baño. Quería darme otra pequeña ducha de agua fría para descansar inmediatamente a posterior, aunque la culpa siguiera carcomiéndome.

¿Cómo iba a mirar al menor a los ojos ahora?

Justamente ahora era un momento en el que teníamos que concretar nuestra "inocencia" por llamarlo de alguna forma. Teníamos que explicar que realmente no éramos pareja, que éramos dos completos heterosexuales que solamente se habían encariñado de más con el otro, porque eso era la única interacción que había tenido con el menor, encariñarme de más.