¿Quién como Kim Taehyung?
El burgués Kim Taehyung es muy envidiado, hasta por la alta sociedad por su adinerada billetera, gran intelectualidad y un rostro apuesto al que ninguna mujer de buena familia podría decir que no... que pena que la única ch...
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El sonido de los carruajes pasar y la vaga luz de la madrugada causaron que mis ojos se abrieran por primera vez en el día, miré unos segundos el techo esperando a acostumbrarme a la luminosidad, tomé el reloj de bolsillo de la mesa de noche.
>>Seis y media de la mañana.<<
Vestí mi camisa blanca con una corbata negra para luego colarme un chaleco de vestir color beige y así combinar con un pantalón formal del mismo color y finalmente ponerme los zapatos negros de punta.
Giré mi mirada hacia la salida de la habitación al escuchar el sonido de la puerta azotarse.
— Perdón, perdón, fue el viento quien lo cerró con tanta fuerza. — Dijo adentrándose más al cuarto con los papeles en mano.
— Min Yoongi, justo a tiempo. — Me acerqué extendiendo la mano a la gran cantidad de hojas. — Díctame el día.
—Buen día, señor, claro. — ajetreó los papeles buscando el orden de cada una. — A las ocho tiene reunión con Thomas Mellon por la ayuda de la próxima fundación de Union Trust Company; a las diez y media hasta la una y media, encuentro con Edward Willis Scripps y Ellen Browning Scripps por la ya exitosa fundación de The E. W. Scripps Company; a las tres de la tarde tendrá que verse con George Garvin Brown para la prueba de bebidas y botellas nuevas para J.T.S. Brown and Bro hasta las cinco; a las seis tendrá una reunión co-.
Lo interrumpí mostrando la palma de mi mano justo en frente de su rostro mientras me volteaba y tomar mi abrigo beige que estaba colgando del sofá con detalles dorados adelante de la ventana para finalizar mi vestimenta y comenzar a salir de la habitación, no sin antes hablarle a Yoongi que se había quedado inmóvil.
— Borra lo que tenga a las seis, tengo asuntos personales que resolver. — Dije para luego abrir las puertas.
— C-claro. — Continuó mientras me seguía hasta ponerse a mi lado y caminar junto a mi por el pasillo del hotel en donde me hospedaba. — Señor, recomiendo que tomé su desayuno inmediatamente, luego estará lo suficientemente ocupado. — Asentí.
Noté como doblaba su cuello mientras lo frotaba con sus manos con incomodidad.
— ¿Sucede algo? — Pregunté.
— Ah no, mi habitación no fue la más cómoda.
— Ya veo. — Respondí. — Arreglé el carruaje mientras yo voy al comedor del hotel a desayunar. — No esperé una respuesta y solo fui a la otra entrada separando caminos.
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