Prologo~

1K 56 5
                                    

-¡Espera, DongHae! - rogó un pequeño pelinegro, quién luchaba con su corbata para poder acomodarla correctamente.


-¡Apresúrate, SungMin! No llegaré tarde otra vez por tu causa, ¿comprendes?- grito como respuesta el castaño con una sonrisa.


-Eres malvado.- se quejó el aludido mientras trataba de controlar su respiración agitada a causa de la carrera- Además, ¿desde cuándo te interesa llegar temprano?- preguntó con un mohín de molestia.


-Desde que quedé castigado un día completo por tu causa, Min. Así que apresura tus pequeñas piernas. - ordenó aumentando la velocidad.


-¡No vayas tan rápido!- suplicó comenzando su carrera nuevamente- ¡Y mis piernas no son pequeñas!


El castaño soltó una nueva carcajada, comenzando a correr hacia la entrada de la escuela con aún más velocidad. Riendo aún más sonoramente al ver los continuos bufidos exasperados que su mejor amigo soltaba mientras corría.


SungMin se detuvo cerca de la entrada, posando sus manos sobre sus rodillas. ¡Definitivamente mataría a DongHae por hacerlo correr de aquella manera! Pero la verdad era que no lo haría, ya que cada día era la misma situación.


DongHae era alguien especial para SungMin, definitivamente una persona que siempre estaría en su corazón. Él era, se podría decir, su mejor y único amigo. No es que SungMin fuese anti social, de hecho, tenía bastantes conocidos en la escuela, pero no eran lo suficientemente cercanos como para darles el título de "amigos".


-Cinco minutos antes del timbre- comentó el inspector parado en la puerta principal-, al menos van progresando, señores Lee.


-Algo así.- dijo DongHae con una sonrisa digna de Colgate- Aunque he de aceptar que yo llegué seis minutos antes. El piernas cortas retrasó un minuto más.- murmuró hacia el inspector, quien soltó una leve carcajada.


-¡Que no me digas de esa manera, pez idiota!- chilló el pelinegro.


-Si no se apresuran llegarán tarde a clases y deberé llamar a sus padres de todas formas. - advirtió el mayor de todos con una ceja alzada.


-¡Corre!- gritó el castaño comenzando la carrera de nuevo.


-Juro que necesitaré un trasplante de pulmones luego de esto.- murmuró con sus mejillas infladas el bajito antes de comenzar la carrera. El hombre mayor solo comenzó a reír mientras cerraba los portones.








Ambos jóvenes entraron al salón justo antes de que el profesor cerrase la puerta. Tratando de conseguir la mayor cantidad de oxígeno se dirigieron a sus respectivos asientos.


-Por poco y no llegamos.- murmuró DongHae a su amigo, quien aún trataba de recomponerse.

Immer Sie - KyuMin-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora