Entré en la habitación de Jimin sin siquiera tocar, dispuesto a fastidiarlo por lo de hacía un rato.
—¿No te enseñaron a tocar la puerta? —dijo Jimin al notar mi presencia y al escuchar el clic de la cerradura tras de mí.
Estaba acostado boca arriba en la cama, absorto en un libro. Maldito, nunca se cansaba de leer.
—¡Sí! Pero no me da la gana de hacerlo, así que puedo entrar aquí cuando se me antoje.
—¡Claro! Se me olvida que eres un maleducado con granos y que, además, careces de educación.
—¿Granos? ¡Pero si no tengo ni un solo punto negro o grano en mi rostro! ¿Ves esto? —dije, señalándome con mi dedo índice—. Esto es belleza pura, y mi rostro fue esculpido por los mismos dioses, algo que tú no posees.
—¿Qué quieres? —preguntó, bajando un poco el libro para poder mirarme a la cara—. ¿No pudiste tocar antes de entrar a mi habitación?
—¿Debería? Tú entras a la mía sin tocar, así que no tengo por qué hacerlo. Y créeme que, si no hubiera sido porque el señor Jeon dijo que era una emergencia, no te habría llevado el celular.
—¡Claro! ¿Por qué no admites que querías ver lo que estaba haciendo con esa chica?
—¿Es una broma? Asco me dio ver eso. Además, ni siquiera sabe follar, fue asqueroso tener que presenciarlo.
—Cierto... Se me olvidaba que te gusta que te den por el culo, debes ser un experto...
—¡A mí sí! ¿Feliz? Así que, ¿por qué no dejas de envidiarme?
—¿Envidiarte? ¡Por favor! Soy heterosexual, niño. No tengo por qué envidiar que me metan la polla en el culo. Nunca te envidiaría, además... soy anti-gays, o sea, homofóbico, por si no sabes lo que significa.
—Pues no parece, porque te duele que me gusten los hombres. Y homofóbico no eres, porque la palabra "fobia" se refiere al miedo o pánico a algo, ¿y tú no me tienes miedo, o sí?
—¡Por supuesto que no!
—¿Ves? Entonces la palabra homofóbico no tiene sentido, debería llamarse "envidiofobia" porque lo que me tienes es envidia por hacer algo que tú no puedes.
—¡Estás loco! ¡Nunca me van a gustar los hombres! Me dan asco, y tú me das asco, ¿okey? Porque mientras a ti te gusta que te den por el culo, a mí me gustan las tetas y las vaginas.
—¿Quién?
—¿Quién qué, imbécil?
—¿Quién te preguntó? Nadie te está preguntando, mejor lárgate y déjame leer.
Sonrió y siguió leyendo, ignorándome por completo. Maldito Jimin, no se cansaba de hacerme enojar. Si hubiera un premio por hacer enojar o fastidiar a alguien con solo su presencia, sin duda él lo habría ganado.
Me acerqué y le arrebaté el libro de las manos, llevándolo tras mi espalda. No iba a ignorarme, y menos en mi casa.
—¡Dame el puto libro!
—¿Y si no qué?
Él pasó su lengua por sus labios, humedeciéndolos un poco, y sonrió. Luego caminó lentamente hasta quedar frente a mí.
—Te lo pediré amablemente, dame el libro, hermanito.
—¿Y si no quiero? ¿Vas a llorar?
—Haré algo mucho mejor que eso. —Se acercó un poco más a mí, quedando a solo unos centímetros de distancia entre ambos.

ESTÁS LEYENDO
𝐒𝐥𝐞𝐞𝐩𝐢𝐧𝐠 𝐰𝐢𝐭𝐡 𝐦𝐲 𝐬𝐭𝐞𝐩𝐛𝐫𝐨𝐭𝐡𝐞𝐫
Teen FictionEn una lujosa mansión, Jimin se ve obligado a convivir con su medio-hermanastro Jungkook, quien lo trata con desprecio y hostilidad, quien utiliza cada oportunidad para atormentarlo. Sin embargo, a medida que comparten secretos y momentos íntimos, s...