Once Upon A December-Descendants

Capítulo Uno

PREPARATORIA AURADON

Alina Románov se levantó luego de llegar por la madrugada a su primer día de clases. Rusia no estaba muy cerca de Auradon se podría decir

—¿Acaso Chelsea se levantó antes que yo?—Preguntó a sí misma con sorpresa al ver que no estaba—... Seguro está desayunando

Se levantó pero ni bien pudo mirarse al espejo puesto que la puerta fue abierta de golpe

—¡Lina!, ¡Lina!, ¡Lina!—gritaba con emoción su mejor amiga mientras arrastraba a Ben dentro—

—¿Acaso hay un incendio?—Preguntó la chica al ver la clara emoción de su amiga—

—Dile Ben, dile—pidió—

—... Am—hubo un corto silencio—... Los hijos de-

—¡Los hijos de los villanos de la Isla de los perdidos vienen a Auradon!—chilló con emoción. Alina observó a Ben con sorpresa—¿No es divino Lina?—No pudo decir nada puesto que la rubia volvió a hablar—¡Dile lo que hiciste Ben!, ¡Dilee!—exigió—

—... Pues sugerí—nuevamente fue interrumpido—

—¡Sugirió darle la oportunidad a cinco de ellos—Le informó—y dile que otra cosa hiciste Ben—el no dijo nada—... Dile

—Aceptaron—Iba a ser interrumpido

—Aceptaron—Ben colocó la manzana qué tenía en la mano en la boca de la rubia—

—Aceptaron estudiar en Auradon—Chelsea parecía tener algo en mente

—Pediré a Nicholas qué prepare como quinientas Beignets para su bienvenida—nadie dijo nada—¿qué opinas?

—... Es mucha información—rió—pero me parece buena idea... ¿Quiénes son sus padres?

—Jafar, Cruella de Vil, La reina malvada, Maléfica—hubo un corto silencio en el que Alina pensó que sería todo. Sabía que quizá a los padres de Ben no les agradaría mucho la última parte—... Y Grigori Rasputín

Alina se quedó en silencio sin saber que opinar al respecto

—... Bueno—Ben dio un paso adelante, quería saber en especial la opinión de la chica y de hecho se lo diría con delicadeza pero al Chelsea interceptarlo en el pasillo no tuvo otra opción—... Seré neutra en esto... Supongo que sus hijos no tienen nada que ver, aún así se trate de aquella persona

Ben sonrió al saber eso, Alina y Chelsea siempre han sido las primeras dos personas a las que el les consulta varias decisiones

—Bueno... ¿Cuando van a llegar?—aquella pregunta solo amplió la sonrisa de la rubia dando a entender que sería más pronto de lo que Alina pensaba—

—... Aproximadamente en una hora—Bueno, eso sin duda era más pronto de lo que la chica pensó

ISLA DE LOS PERDIDOS

Gareth entró al lugar donde vivía junto a su padre, cuatro villanos más y sus respectivos hijos

—Ahí está—habló La reina malvada con cansancio

—¿Mi presencia es requerida de nuevo?—Preguntó el chico en su tono habitual—

—¿Qué estabas haciendo?, llevamos horas esperándote—Le informo Jafar

—Nada nuevo y nada que les importe—contestó—Barkot arrancando la lengua de algunas personas que me resultan un desperdicio de oxígeno—fue hacia uno de los lavabos a limpiar sangre de sus muñecas para reír—este se puso algo bravo. Como sea, tengo cosas que hacer, ¿me necesitan para algo o me voy?

—Hay muy buenas noticias—Le informó su padre mientras se acercaba—

—¡Irán a Auradon!—Informó Cruella sin importarle la reacción del chico

Hubo un corto silencio en el que los cuatro hijos de villanos dieron un paso atrás

—¿Acaso dijiste Auradon?—Preguntó y la mujer asintió—... ¿A quién se le ocurrió eso?—Comenzó a dar pasos fuertes hacia su padre—

—Escucha Gareth, no arrancarás mi lengua antes de que yo te explique el por qué debes ir—el chico detuvo su caminata—... ¿Recuerdas a la familia Románov?—el asintió—tu puedes asegurarte de destruir a la última nacida de esa línea, después será fácil acabar con su madre si su preciada niña ya no está. Tu destino es y será acabar con los Románov

—Y lo más importante—interrumpió Maléfica—La varita del Hada Madrina, de una vez dominaré el bien y el mal a mi voluntad

—Nuestra voluntad—interrumpió la reina—

—Si, nuestra voluntad—comentó sin interés para mirar a su hija—y si te rehúsas te castigaré por el resto de tu vida

Hubo una pequeña pelea de miradas en donde Maléfica ganó, como era de esperarse

—¿Ya terminaron su peleita o qué?—interrumpió Gareth—

Cada uno de los padres tenía una excepción para que sus hijos no se fueran

Cruella usó a los perros, Jafar necesitaba que su hijo robase para su tienda y La reina algo de una uniceja en Evie

—¡¿Qué ocurre con todos ustedes?!—Gritó Maléfica—Sabemos que las personas se asustaban cuando mencionaban nuestros nombres, ¡Veinte años intentado escapar de esta isla!, ¡Veinte años sin que nos permitan tener nuestra venganza!—Miró a Rasputín—vengarnos de Anastasia, ese joven escurridizo y de su abuela

Rasputín hizo una mueca

—Vengarnos de Blanca nieves y esos enanos—Miró a Jafar—de Aladdin y su genio—su mirada cayó en Cruella—vengarnos de cada escurridizo dalmata qué escapó de tus manos

—Pero yo tengo al bebé—sujetó un dalmata de peluche—¡Yo tengo al bebé!

—¡Y yo!, Maléfica, la más malvada de todos, lograré empezar a vengarme de La bella durmiente y su inalcanzable príncipe... ¡Villanos!—todos la miraron—nuestro día llegó. Reina, dale el espejo—la mujer hizo lo pedido—

—¿Este es tu espejo mágico?—Preguntó con sorpresa admirando el reflejo—

—Ya no es lo que era antes, pero tampoco nosotros—Las dos mujeres rieron—te ayudará a encontrar cosas

—¿Un príncipe quizás?—Le preguntó ilusionada—

—Quizá mi cintura—Le respondió su madre—

—Quizá la varita mágica, ¿hola?—Miró a Rasputín—dale el amuleto—El hombre fue y sacó un especie de frasco de cristal con liquido verde y un cráneo esculpido—

—Esto te dará la suficiente magia en Auradon para acabar con esa duquesa—Maléfica le recordó el tema de la varita—Ah, y eso también

—Mi libro mágico—La reina le señaló la nevera—¡ah!, la caja fuerte, Reina ayudame, nunca supe como era esto—la mujer suspiró cansada y lo abrió—Mi librito, ven aquí cariño

Maléfica tomó el libro en manos y Mal fue hacia ella

—No sirve de nada aquí pero servirá en Auradon—lo miró con nostalgia—¿Recuerdas?, cuando esparcimos el mal y arruinabamos vidas

—Parece que fue ayer—secundó la mujer y Maléfica miró a Mal—y ahora ustedes tendrán recuerdos propios, pero solo si hacen lo que yo diga—Le entregó el libro

La limusina tocó el claxon informando su llegada