Ciegos

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Nuestras hermanas putonas se encuentran en el parque celebrando el cumpleaños de un niño llamado David, el cual es el hijo de una amiga de Martina, pero Marta hizo la tarta como buena Barbie Chef que es

Marina: ¿Entonces Josh...?

Martina: No, no lo hemos hecho, ahora cambia de tema.

Marta: Es la primera vez que estamos todas juntas en un parque y no es para salvar a un inocente.

Madison: Y que lo digas.

Marta: Aunque echo de menos a Leo.

Marina: Leo no se ha ido.

Madison: Ah.

Marina: ¿Qué? solo digo que para los hombres acostarse con mujeres no significa lo mismo que para nosotras.

Martina: ¿Y por qué metiste a Leo?

Marina: Porque Leo no tiene pinta de ser uno de esos.

Marta: Pues se fue sin decir adiós.

Martina: En fin.

David: ¿Podemos comer tarta?

Marta: Estará en unos cinco minutos.

Marta sonríe al ver al niño corriendo hacia sus amigos

Martina: Es adorable.

Marta: Y que lo digas, parece un buen chico.

Martina: Como los perros.

Las dos se ríen cual retrasadas

Marina: En fin.

Madison: Perdón, me llama Claire, seguro que tengo que volver al trabajo.

Marina: No te preocupes, nosotras nos encargamos.

Madison se va caminando, cuando David pierde la pelota en el bosque, entonces la recoge, pero un demonio alvino y de ojos centelleantes lo secuestra

David: ¡Socorro!

Madison: ¡EH!

Madison abre sus manos y el demonio y David se separan, Madison se sorprende porque nunca había usado la telequinesis con las manos, pero entonces un hombre observa los acontecimientos sorprendido

David: ¡AYUDA!

El demonio se lleva a David

Madison: ¡VOY!

Madison va corriendo detrás, pero el demonio abre un agujero en el suelo y salta a el, Madison llega a la zona y no ve nada

{Unas horas después}

Madison: Si, fue raro, usé mis poderes con las manos.

Martina: A lo mejor tu telequinesis está mejorando.

Madison: Si, debe ser eso.

Marta: Pues oye ya puedes patear demonios mejor.

Marina: Y luego estoy yo con tristes premoniciones.

Martina: Ay pobre tonta.

Marina: Cállate.

Madison: Mierda el trabajo, me voy ya.

Marina: Vale, nosotras nos encargamos de los demonios.

Marta: ¿Cómo que nos encargamos?

Martina: Tenemos que hacer algo, la pobre Anaís está frustrada, ha perdido a su hijo.

Marta: Bueno vale, vamos a ver en el libro de las sombras.

Las tres llegan a la mansión, Marina navega por internet, Martina consulta el libro de las sombras y Marta está comiendo mientras lee junto a Martina

Embrujadas: Nuevo Orden Donde viven las historias. Descúbrelo ahora