Condena

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Me enamoré de ella sin saber que el amor también es una condena a largo plazo. Me enamoré de ella sabiendo lo fría que era, sabía que era un kraken, sí sabía todo eso, lo que no sabía era que amarla, era amar una aurora distante, fría, perdida en su cielo; mientras yo estoy solo en este fiordo perdido en el norte viéndola desde abajo sin calor sin alegría alguna, justificando su distancia engañándome con promesas de esperanza, esa esperanza que es una moneda sin valor. Amarla es mi condena, amarla se convirtió en un dolor solitario, puedo soportar muchas cosas pero su indiferencia me destroza no estoy seguro que el amor sea así solo se que aquí estoy, aquí en silencio derramando lagrimas secas, poniendo la paciencia que jamás tuve y jamás use con la esperanza de que esa aurora brille para mi, una ilusión que yo mismo pongo delante de mis ojos y una sonrisa falsa que ni el espejo se atreve a mostrar.

Esas cosas que te conté mientras dormíasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora