Naruto
Una semana eterna y estresante después, el semestre por fin se termina, al día siguiente.
Una sola clase más y listo.
Con un brazo bajo la almohada, la mirada fija en el techo mientras acariciaba la espalda más suave del mundo; meditaba sobre los cambios que debía hacer ahora, ya. Todavía no amanecía y aunque había pasado muchas horas de la noche metido entre las piernas de mi preciosa novia, el sueño no me alcanzaba.
Hinata se removió dormida, rozando nuestras pieles desnudas. Se durmió inmediatamente después de su último orgasmo. Llevábamos varios días sin vernos y por eso en cuanto la vi, la devoré hasta exprimirle la última gota de placer. Ni siquiera se duchó; se acurrucó bajo mi brazo, exhaló feliz y satisfecha, y cerró los ojos cayendo en la inconsciencia casi al instante.
Sin embargo, a pesar de toda la energía que gasté, mi cerebro se negaba a apagarse y darme el descanso que tanto necesitaba.
Con cuidado saqué mi brazo y besé su cabello procurando que no despertara. La cubrí bien con mi cobija y me deslicé unos pantalones de pijama que saqué del clóset para después ir a la cocina por algo de agua, no obstante, al pasar por mi estudio –el estudio de Bj Kyubi―, algo hizo que me detuviera, mirara fijamente la puerta y hacerme entrar.
Cerré tras de mí y encendí la luz, observándolo todo. Toqué la cámara, los monitores, el micrófono y al final sostuve la máscara entre mis manos.
Hacía ya varias semanas que no transmitía, no era lo mismo, ya no me apetecía. Tenía al amor de mi vida a mi lado, no había ningún vacío que llenar.
Suspiré, era hora de dejarlo ir.
Durante el par de años que duró, no fui necesariamente feliz, pero tampoco era miserable. Esa mascara, los halagos de las chicas a las que les gustaba lo que veían, alimentaban mi ego. Sostuve esta máscara por tanto tiempo, que creí que el día que dejara de usarla ya no sería yo. Con ella, yo era un tipo frío que no le interesaba de las mujeres nada más que sexo, que podía tener a cualquiera que quisiera y podía saltar a la siguiente sin pararme a mirar la fila de corazones rotos que iba dejando tras de él. Kyubi era el tipo de hombre que se regocijaba en la cantidad de mujeres que babeaban por él cuando todo lo que ocultaba era esto; un simple hombre dolido con la vida por no poder tener a la chica que ama con él.
Todavía recordaba cuando las fans preguntaban constantemente que tipo de chica era mi ideal y refunfuñado reconocía cuando recordaba después, que siempre terminé describiéndola, incluso sin querer, incluso aunque me mintiera a mí mismo.
Nunca dejé de estar enamorado, como creía, ni volví a enamorarme después. Lo estuve siempre.
―¿Naruto? –Escucho su voz del otro lado de la puerta, y sin embargo, sigo sumergido en mis pensamientos.
―Estoy aquí.
Miro sobre mi hombro. Ella está sosteniendo el pomo y me mira entre adormilada y confundida por encontrarme aquí a estas horas. Lleva una de mis camisas ahora, y no se imagina lo que me encanta que haga eso.
Guardo silencio y coloco la máscara sobre el escritorio, Hinata no dice nada, solo me mira. Ella sabe que algo me inquieta.
―¿Qué ocurre?
―¿Sabes? Ya no voy a transmitir nunca más.
Su boca se abre y sus cejas se elevan, junto a su pelo revuelto y las mejillas sonrojadas... Mi corazón se acelera, mirándola, y sé que es lo que quiero hacer siempre. No quiero estar separado de ella nunca más.
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BJ Kyubi - Naruhina (+18)
FanfictionGANADOR DEL SEGUNDO LUGAR: BYAKUGAN AWARDS 2019. Historia Corta. Cada noche a las 11; Hinata Hyuga se encierra en su solitario apartamento, toma un pequeño vibrador y ve el show sexual de BJ Kyubi (Broadcast Jockey). La tímida y dulce Hinata pasó t...