07.

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Los besos se volvieron húmedos, demandantes, calientes

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Los besos se volvieron húmedos, demandantes, calientes. Como si quisieran obtener todo de la otra.

La habitación de Hotel estaba siendo cada vez más caliente y más pequeña. Para su suerte, encontraron la cama rápidamente. Jihyo usó sus manos para empujarla bruscamente, hasta que Sana se separó de ella y su espalda tocó el colchón. No pasó ni un segundo cuando la japonesa bajó y comenzó a besar su cuello.

Jihyo estaba entre sus piernas, por lo que Sana rodeó su cadera y apretó los muslos, atrapando a su novia. Pero por supuesto que Jihyo no tenía intenciones de irse.

Las manos de Jihyo estaban viajando por el cuerpo debajo suyo, el vestido rojo se había subido y una de las tiras se había movido de su hombro, por lo que comenzó a bajar un poco más hasta besar sus clavículas. Sacó su lengua y se dedicó a dejar marcas rojas a su paso, escuchando los jadeos de Sana.

—J-Jihyo... —llamó la nipona en un gemido. —Háblame.

—¿Qué quieres que te diga? —preguntó con total atención. Antes había oído perfectamente lo que Sana quería que hiciera, estaba dispuesta a hacer cosas que no acostumbraba solo para complacerla. Lo cierto es, Jihyo pensó que le costaría, mas estaba disfrutando también de eso.

—Úsame. —pidió. —No me importa, haz conmigo lo que quieras, sé ruda.

—Sana...

—Y también quiero que maldigas.

Jihyo parpadeó. Hace muchísimo tiempo que no decía ninguna grosería y jamás había hablado mal con Sana. Ella tenía su actitud correcta, le gustaba ser así. No veía el por qué su vocabulario debía de verse modificado de esa forma. Sin embargo, cuando se trataba de Sana estaba totalmente a sus pies. Haría lo que su novia le pidiera siempre.

Estaba en una gran lucha interna.

—Amor. —Sana se dió cuenta de sus pensamientos, viéndola quedarse quieta. —No me estás faltando el respeto ni haciendo algo que no quiero, yo te lo estoy pidiendo.

—Yo—Bueno, ¿estás segura?

—Completamente. Está bien que te liberes, no quiero que te pongas límites, estoy aquí para que me uses a tu gusto.

—¿Y si no te gusta?

Sana se acercó hasta dejar un beso sobre sus labios, con su mano acarició el cabello de su novia.

—Me gusta ser sucia de vez en cuando.

Jihyo sonrió.

Jihyo sonrió

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Dirty Talk Ꞝ SahyoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora