En los albores del reino de Mystralia, miles de años antes de la invasión draconiana, en la cuarta generación de elfos, la expectación se palpaba en el aire, mientras la mirada de los ciudadanos se dirigía hacia la majestuosa torre del castillo, donde varios trompetistas se preparaban con determinación.
El sol comenzaba a asomar por el horizonte, tiñendo el cielo de tonos dorados y rosados, cuando los trompetistas, en perfecta sincronía, levantaron sus instrumentos. Un silencio reverente invadió la plaza mientras todos aguardaban ansiosamente el inicio de la secuencia de notas que llevaría el mensaje crucial.
Con un movimiento decidido, los trompetistas iniciaron la melodía, y las notas resplandecieron en el aire como una llamada urgente que se extendió por todo el reino. Un eco armonioso recorrió cada rincón del reino, alertando a todos sus habitantes de la reunión crucial que estaba a punto de comenzar.
De los rincones más lejanos del reino, elfos de todas las edades y oficios acudieron a la convocatoria, atravesando calles y caminos en un veloz movimiento de unidad. La plaza principal se llenó rápidamente de una multitud expectante, dispuesta a escuchar el mensaje que los líderes de Mystralia tenían para ellos.
La solemnidad se reflejaba en los rostros de los líderes élficos que se ubicaban en una posición elevada, listos para dirigirse a su pueblo. Los ojos del monarca de turno, el sabio consejero y el valiente general irradiaban seriedad, conscientes del peso de las que serían sus próximas palabras.
Una vez que la multitud se congregó, un silencio tenso reinó en la plaza. El monarca levantó su mano, y su voz resonó con autoridad en cada rincón.
"Hermanos y hermanas elfos de Mystralia, escuchen con suma atención. En este momento de nuestra historia nos encontramos reunidos, no solo como ciudadanos de nuestro reino, sino como una raza bendecida por los dioses de la creación. Según nuestra cultura y nuestros escritos primigenios los elfos somos los guardianes del maná, la fuente misma de la magia, y esta verdad nos hace los seres más poderosos y valiosos en todo Ethyr.
Nuestra genética élfica es una maravilla evolutiva, nos ha brindado una adaptabilidad así como una supervivencia sin igual en este mundo. Hemos sido dotados con inteligencia y fuerza, una combinación que nos hace invencibles en la batalla y sabios en la toma de decisiones. Los dioses han colocado su mirada en nosotros, y nos han otorgado un maravilloso regalo, el linaje sagrado de la raza élfica.
La importancia de la reproducción de nuestra raza es crucial. Nuestros hijos llevan en sus venas la conexión con el maná, y es nuestra responsabilidad asegurar que esta llama no se extinga. Para proteger nuestro linaje sagrado y nuestra conexión con el maná, solo debemos formar familias con otros elfos. Es la clave para mantener nuestra magia y fuerza intactas.
Preservar la pureza de nuestra raza es un acto de amor y protección hacia nosotros mismos. Al hacerlo, garantizamos que nuestras habilidades mágicas y físicas se transmitan de generación en generación, asegurando un futuro donde la grandeza de Mystralia y la magia élfica nunca se desvanecerán.
Así como las raíces de un árbol se entrelazan para nutrirlo y fortalecerlo, nuestras conexiones familiares son la esencia de nuestra comunidad élfica. Cada lazo, cada nacimiento, fortalece la unidad de nuestra raza y nuestra capacidad para protegernos mutuamente.
Por eso, quiero que quede claro que es ilegal bajo las normas élficas formar familias con personas no élficas, ya sean nacidas dentro o fuera de Mystralia. Esto atenta contra la preservación de nuestra conexión sagrada con el maná y la pureza de nuestra magia. Aquellos que desafíen esta ley serán juzgados con severidad, pues estamos protegiendo la esencia misma de lo que somos.
Para asegurar que no condenemos a ciudadanos inocentes, habrán oficiales élficos dedicados a investigar las denuncias anónimas. Escucharemos sus voces, recopilaremos información con sabiduría y prudencia. Solo de esta manera, aseguraremos la justicia... Además protegeremos la integridad y pureza de nuestra raza.
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Ethyr: El pacto de los siete soles
FantasyEn el vasto y mágico continente de Ethyr, hogar de diversos reinos y criaturas místicas, una épica historia se desarrolla a raíz de una invasión despiadada. El pacífico reino de Mystralia se ve amenazado por el poderoso ejército de Valoria, lo que d...