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En el laberinto de nuestra mente, a veces nos encontramos perdidos y solos, prisioneros de nuestros propios pensamientos. Como si fuéramos juez y reo simultáneamente, enfrentamos el desafío de encontrar la libertad en las sombras más profundas de nuestro ser. La soledad se vuelve un espejo oscuro, reflejando nuestras más intensas emociones y anhelos, mientras buscamos desesperadamente el eco de una voz amiga en medio del silencio. No hay rincón más inescrutable que el confín de nuestro ser, y allí, entre la maraña de pensamientos, se esconde la llave que puede liberarnos o aprisionarnos aún más.

Me perdí en un mar de pensamientosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora