>>¿Qué mierda es esto?<<
¿Por qué estaba defendiendo a alguien que no conozco? No lo sabía, mi cuerpo se había movido inconscientemente.
— ¡¿Ah?! — Exclamó el hombre, mi nariz picaba por la cercanía de aquel sujeto, podía oler sustancias extrañas, sus ropas descuidadas al igual que su cabello y piel, estaba seguro de que el hombre no estaba en todos sus sentidos. — ¡¿Qué crees que estás haciendo?!
Me volteé sin darle importancia encontrándome con la chica viendo sus ojos de miedo y... ¿Pena? ¿Por qué sentía pena hacia un hombre así?
— ¡Maldito idiota! — Jaló mi hombro para voltearme, claro que lo hice, pero solo para poner mis manos en sus hombros, jalarlo hacía abajo para luego darle un rodillazo en el estómago.
La caída era inevitable, al estar lo suficientemente mareado no fue complicado hacerlo caer, los humanos eran impulsivos lo que los hacía débiles, eran esclavos de sus sentimientos, en este caso del enojo e ira. Al momento de chocar con el piso abrazó su estómago adolorido y empezó a intentar respirar desesperado, al parecer le había quitado todo el aire con el golpe.
>>Se lo merecía.<<
Palmeé mi hombro que había sido ensuciado por el mundano e intenté sacar el polvo de mis manos, volteé nuevamente esperando encontrarme con esa chica, pero me llevé con la sorpresa de no verla, vi al frente y a los costados esperando encontrarla, pero no había nada.
— ¡Oh, Dios! — Mis oídos picaron con ese nombre. — ¿Está usted bien?
La voz provenía a mis espaldas, giré y me encontré a la misma castaña arrodillada sumamente preocupada por el enfermo que aún se retorcía de dolor. Por más que trataba no entendía el porque de sus acciones.
— ¡Déjame en paz! — Gritó empujándola causando que pierda el equilibrio y que caiga para atrás.
Mis piernas dieron un paso dudoso y mis manos como imanes quisieron amortiguar su caída, todo eso en un segundo. No alcancé a tocarla ya que sus brazos le dieron suavidad al impacto. ¿Por qué mi cuerpo reaccionaba así?
La chica volvió a su posición anterior intentando seguir ayudando al hombre dejando lo que parecían frágiles manos en la parte afectada nuevamente.
— Déjeme ayudarle, por favor. — Sus ojos transmitían algo en mi que no entendía, pero de alguna manera se sentía extremadamente bien aunque no era a mi al que estaba viendo
De pronto pude apreciar como el ceño fruncido del sujeto se tranquilizaba al ver a la chica
>>¿Qué mierda?<<
— Dígame por favor. — Sus manos se alejaron de él para frotarse una a la otra con nerviosismo. — ¿Se encuentra mejor?
Él la veía con tanta sorpresa y solo asintió dándole una respuesta afirmativa. Vi como ella formaba una sonrisa en su rostro, la más sincera que haya podido ver a lo largo de toda mi extensa vida.
— Me alegro. — Se paró y extendió su mano al sujeto el cual la aceptó y se levantó, por alguna razón pude ver como todo rastro de irá se iba extinguiendo de su ser. — Por no vuelva a envenenar su cuerpo con esas cosas que causan malos pensamientos hacia usted.
— Ahm... claro. — Se sobó la cabeza con extrañez, al parecer no era el único confundido aquí.
Se dio media vuelta y como si todo el alcohol en su sistema se hubiera ido, ahora podía caminar sin tambalearse.
Pude ver como las personas que se habían detenido a ver con curiosidad la escena se iban yendo susurrándose entre sí. La chica volteó a verme con una mirada tranquila y gentil y se acercó.
Debía aceptarlo, las emociones que le causó al otro hombre y como parecía a algún lavado de cerebro me asustó un poco y retrocedí unos pasos.
— ¿Está usted bien? — Preguntó ya estando cerca.
— Si...— Respondí con desconfianza.
— Ah... — Suspiró. — Me alegro mucho, gracias por querer defenderme de él, pero no era necesario recurrir a la violencia. — Dijo con un tono suave y tranquilo.
Ok, todas las palabras que salían de su boca me daban aún más miedo y desconfianza, no era posible que un ser humano sea así de amable y sensible.
>>¿Quién mierda era ella? <<
He visto bastantes reacciones de una persona hacía otra violenta y siempre acababa con más violencia, así era la ley en la tierra y era exactamente por eso que había perdido la fe en ellos.
— ¿Qué eres? — Pregunté.
Sus rostro mostraba ahora nerviosismo y miedo, rápidamente se jugó con su cabello y respondió temblando.
— B-bueno, soy una humana llamada J-Jennie Kim. — Dibujo una sonrisa y desvió la mirada al suelo. Que respuesta más rara...
¿Qué clase de respuesta era esa?
Además, mi conciencia golpeaba mi cabeza al pronunciar una mentira.
¿Qué clase de humano decía que era humano?
Espero que no lo haya notado.
— Debes estar aún con los nervios presente por la reciente situación. — Su respuesta me alivió grandemente.
Con una sonrisa asentí con entusiasmo.
— ¿Puedo preguntar tu nombre?
El hombre se vestía con ropas de lujo y pude ver que al costado nuestro había un grupo de personas con ropas finas y la presencia de una mujer muy bendecida de belleza, parecían estar filmando algo mientras que otras veían con intriga al señor, suponía que estaba en sus momentos laborales.
— Si, mi nombre es Kim Jennie. — Dije haciendo una reverencia, Lisa me habló sobre el nuevo tipo de saludo, yo lo recordaba como un abrazo, lo consideraba como algo más sentimental y amoroso, pero si era como en la actualidad lo hacían, lo haría.
— ¡Señor Min! — Exclamó uno de los chicos que lo estaba esperando en el puesto mientras se acercaba a él.— ¿Pasa algo? Ya es hora de almorzar.
— Ah si, ya veo. — Miró a los trabajadores arreglar sus cosas, algunos iban a comer en el lugar y otros parecían arreglarse para ir a un restaurante, luego me miró nuevamente a mi. — ¿Podrías invitarte algo?
Me sorprendí por eso, pero me encantó la oferta.
>>Se ve que es alguien amable.<<
— Me encantaría. — Sonreí.
Continuará...
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༒𝓟𝔞𝔯𝔞𝔡𝔦𝔰𝔢༒ ʸᵒᵒⁿⁿⁱᵉ
Teen FictionElla era un ángel y él todo lo opuesto, sin embargo, no de manera metafórica.