Aclaraciones: ninguna Situación: cuando se te confiesen
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Ni-ki y tú tenían estas salidas en viernes como amigos ustedes ya tenían una rutina. Primero, después de clases se encontraban en la academia de baile, luego iban a una tienda de convivencia a comer ramen y helado mientras charlaban lo que les pasaba en la semana y por último hacían piedra, papel o tijera para ver a cual casa ir a ver una película o serie.
Y esta vez no era la excepción pero ambos se querían decir sus sentimientos pero tenían miedo al rechazo sin tener en cuenta que ambos van en la misma sintonía.
Esta vez les toco quedarse el casa del japonés pero lo que no te esperabas era que al entrar viste velas en la mesa y luces decorada en el techo con globos en forma de corazón.
Al entrar estabas confundida pero no podrías entablar alguna palabra.
— Puede que te preguntes que es todo eso... pues lo estuve preparando casi todo esta semana. La verdad es que en un momento a otro te empecé a ver de una manera diferente, cada vez que sonríes, ríes, bailas, me hablas o cualquier cosa que provenga de ti hace que mi corazón palpite. Y me forme de valor para poder decirte que estoy profundamente enamorando de ti, siento que sin ti no podría estar viviendo y creerás que suene muy exagerado pero cada día se me hace difícil dejar verte porque ante mis ojos eres espléndida y la verdad no se sientas lo mismo pero aun así lo quería sacar todo este sentimiento de mi pecho.
Al escuchar eso no pudiste aun más formular una palabra y querías llorar porque en toda tu corta vida nadie te había dicho esas palabras tan bonitas.
Lo único que hiciste es brincar hacia niki atrapándolo con un abrazo.
—Tu me haces sentir lo mismo— susurraste
Ambos se quedaron viendo y no podían ocultar esas sonrisas traviesas que salían de sus bocas haciéndolos tener un color carmesí en sus mejillas.
— Entonces, señorita...— dijo con voz grave haciendo que sacara una risita. —¿Me daría el honor de yo Nishimura Riki ser su novio?— dijo agarrando tus manos .
—Sería un placer tener a usted como mi novio y ahora ¿usted me daría el honor de yo ser su novia?— acercándote al japonés.
—Con gusto...— dijo dejándote un beso en el dorso de tu mano y sin dejar el contacto visual.
Y continuaron como sus salidas de los viernes pero con la única diferencia de que ambos estaban con una distinta sensación.
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