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Había ya pasado un mes desde que empezaron a salir pero aun no se habían dado un beso y la verdad Niki moría por darte un beso. Y se dirán que se han tardado pero no era algo que ambos necesitaban así exageradamente solamente se daban besitos en la frente, en la mejilla o en la nariz pero hasta ahí.
Estaban ustedes en camino a la escuela caminando de la mano como normalmente lo hacen hasta que de repente se detuvieron porque tú querías ponerte tu labial hidratante de labios porque los tenías resecos, durante esta acción el japonés al mirarte no paraba de verte los labios y eso lo notaste cuando guardaste el objeto en tu mochila.
—¿Que pasa Ni-ki?— lo miraste confundida
No respondió y lo único que hizo fue agarrar tus hombros para poder voltearte para que estes frente a él mientras acercaba su cara con la tuya.
Tú no sabías que hacer porque te pusiste nerviosa al tal acción del japonés y al sentir cerca su rostro sentiste como el calor comenzó a subir a tus mejillas.
—Bebé...¿te puedo besar?— susurro en tu cara haciendo que te sintieras débil.
Tú solamente asentiste y viste como el japonés te dio una sonrisa de lado. Agarro tu cintura acerándote más hacia el y poco a poco inclinó su cabeza hasta el punto de que sus labios se tocaran. Duraron así unos segundos y al separarse tú sonreías como una boba enamorada y al instante Ni-Ki te robó otro beso haciendo que jadearas por el estampe que dio sus labios con los tuyos. El japonés lamió sus labios y te dijo:
—Creo que deberías probar todos los sabores de labiales y te ayudo a averiguar cual es mejor— siguió caminado mientras tú te quedaste mirándolo mientras pensabas que cómo es que el japonés hacía ponerte nerviosa.
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