Perversa Obsesión

Perversa Obsesión •| Capítulo Diecinueve

- ¿Estás segura que no quieres acompañarme? -Pregunto Jes mientras se miraba al espejo.

La mire acomodarse el cabello y retocar un poco si maquillaje.

- No tengo ganas Jes.

Hablé muy despacio mientras desviaba la mirada de ella y seguí mirando la TV aunque no entendía mucho.

- Creo que mejor me pongo la peluca. -Dijo yendo a su habitación.

Después de unos minutos sus pasos de escucharon cerca y le dirigí la mirada. Una peluca de color rubio y de un gran tamaño estaba sobre si cabeza.

- Así mejor, es más seguro. -Dijo con una sonrisa.- ¿Cuando tienes cita con la psicóloga otra vez?

- La próxima semana. -Conteste sin ganas.

- ¿No es cada semana? Está semana no haz ido Mar. -Me miró

- Esperaré hasta la próxima semana, no tengo ganas de salir. -Dije casi en un susurro.

Asintió un poco y se acercó a darme un pequeño beso en la mejilla avisando que regresaría con helado y algunos chocolates.

Se arregla tanto para ir a comprar comida nada más.

Le sonreí y la vi salir sin más, no sin antes ponerse una mascarilla negra y unas gafas.

Últimamente hemos estado un poco tensas y sintiendo que nos vigilan, por lo que usamos pelucas y mascarillas, algunas veces unas gafas también pero solo es cuando hace mucho sol.

Me levanté y mire por la ventana un poco entre abierta, más personas pasar y muchos autos en las calles. Todos viven tan normal y yo tengo que estar huyendo y yendo a terapia por un mafioso.
Pequeños fragmentos de algunas de las escenas que tuve que pasar con mi ex pareja me hacen temblar y sentir ganas de llorar.
Suspiré fuerte y comencé a hacer ejercicios que me habían recomendado para estos casos.

Un toque en la puerta llamo mi atención por completo.
Espere un momento sin responder hasta que ya no escuché nada.

Luego de unos minutos debatí si debía abrir la puerta o no, Jes nunca olvida sus llaves.
Camine hasta la puerta y ví por el pequeño orificio que tenía.

No había nadie.

Deje que pasen unos minutos más y después abrí la puerta despacio encontrándome con un arreglo de flores y un peluche grande y muy lindo.

Mire por los lados del sitio y no había nadie.
Suspiré y solo tome eso y entre cerrando la puerta.
Había una pequeña tarjeta y la leí.

Marie espero te guste este presente es para que nunca me olvides.

Ánimo.

Unos pequeños escalofríos pasaron por todo mi cuerpo y me sentí nerviosa y un poco asustada.

Tal vez tenía una explicación y se equivocaron y vendrían a retirarlo en otro momento.

Luego de una hora y un poco más sentí la puerta abrirse y ver llegar a una Jes muy feliz con algunas fundas. Me miró y sonrió, me lanzó una funda y me dijo que eso era para mí.

- Wow y esto ¿Te lo envío tu doctora? -Dijo un tanto sorprendida.

- No. No sé quién lo envío. -Dije suave y un tanto asustada.

Jes me miró y se puso a revisar el arreglo. El peluche y luego sonrió un tanto incómoda.

- Tal vez solo es una broma. ¿Quién te lo entrego? -Pregunto.

- No lo sé solo tocaron la puerta y lo dejaron ahí. -Dije mirándola.

- Debe ser una broma. Tranquila estaremos bien. - Dijo intentando aliviar el ambiente.- Mejor veamos unas películas y veamos unas series.

Asentí leve y comenzamos a preparar todo.

Días después

- Buenas tardes. -Dije con una sonrisa pequeña.

- Oh hoy si viniste Marie, me alegro. Toma asiento por favor. -Dijo casi sin sonreír y ahí entendí que algo no estaba bien.

- ¿Sucede algo?

- No Marie es solo que prefiero ahora mantener contigo una relación de doctor-paciente mientras estes aqui si?

Me sentí un poco mal pero no replique nada solo asentí y comenzamos a hablar sobre mis problemas y lo que ha estado pasando.

Horas después de tan incómoda sesión decidí tomar un baño y eso.

Mire el peluche sobre un mueble de mi habitación y sonreí levemente.

Comencé a desvetirme y luego de eso entre al baño. Termine el baño relajante y salí

Este día será cansado.