Madeleine Wilkerson, melliza de Malcolm y la única chica entre sus cuatro descontrolados hermanos. ¿Logrará Madeleine sobrevivir al constante caos de su familia?
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Reese, Malcolm, Madeleine y Dewey estaban caminando por el barrio mientras cargaban bolsas.
|Los fines de semana tienen cosas buenas|
/No hay clases, hay caricaturas y...\
|Y lo mejor de todo es tener una vecina como la vieja Sra. Jansen|
La única chica del grupo empujó a su mellizo haciendo que este se tropezara, pero no se cayera.
/Por interrumpirme\
|Lo que sea|
Ya estaban los cuatro en frente de la casa de la Sra. Jansen con diferentes máscaras cada uno. Reese tenía una máscara de una gallina, Malcolm de un demonio, Madeleine de un gato y Dewey la de un sapo.
Malcolm empujó a su melliza, haciendo que tocara el timbre con el hombro y ella lograra expresar un quejido.
-¡Dulce o truco!- gritaron los cuatro a la vez que la puerta se abrió
-Dios mío. Qué bonitos disfraces-la Sra. Jansen agarró un recipiente con caramelos y los empezó a repartir-Dos para ti, dos para ti, dos para ti y dos para ti. Ahí tienen
-Gracias, Sra. Jansen- dijo Dewey
Apenas la Sra. Jansen cerró la puerta, los cuatro hermanos se sacaron las máscaras para ponerse otra ropa.
|Antes de condenarnos, somos los únicos niños que le hablan|
/Si no fuera por nosotros, no tendría ningún contacto humano\
Reese tocó el timbre y la Sra. Jansen pudo ver a los cuatro hermanos vestidos con ropa de nieve.
-Le quitamos la nieve- dijo Reese con una pala en la mano
-Wow, excelente trabajo. Voy a buscar mi bolso
|Ahora sí pueden condenarnos|
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|MADELEINE|
/Es el cumpleaños de mamá y nos trajo a la tienda donde trabaja para comprarle regalos. Hasta ahora, todo va bien\
-¡Reese, por amor de Dios!- gritó mamá
Reese tenía la mano metida en una máquina de juguetes mientras la agitaba con fuerza para poder agarrar uno. Dewey, Malcolm y yo lo mirábamos.
-¡Qué desesperación!-se quejó Reese-Casi llego
-Saca la mano de allí- dijo mamá agachándose a su altura
-No puedo- respondió Reese
Mamá sacó una moneda de 25 centavos de su bolsillo y la metió en la máquina, logrando sacar la mano de Reese a pesar de sus quejidos.
