Madeleine Wilkerson, melliza de Malcolm y la única chica entre sus cuatro descontrolados hermanos. ¿Logrará Madeleine sobrevivir al constante caos de su familia?
Perdonen los errores de tipeo o de ortografía ✿
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Hal ingresaba con una caja a la casa mediante la puerta del patio.
-¿Conseguiste los pastelitos?- preguntó Lois desde la mesa del comedor
-Sí, pero quedaban tres-se acercó Hal a su esposa-Me colé delante de una vieja para conseguirlos
Hal abrió la caja dejando ver tres pastelitos glaseados en chocolate, Lois y Hal los miraban con anhelación.
-Bueno, yo no comeré- habló Lois
-No, yo no comeré-dijo esta vez Hal-Tú y Dewey pueden compartir uno
-No es justo para Dewey
Los dos se mantuvieron unos segundos en silencio mientras se miraban con caras cómplices.
-Olvídalo, que los coman los chicos
No pasó ni un segundo hasta que Hal y Lois prácticamene atacaron los pastelitos, se hubiesen devorado el tercero si un ruido proveniente de la puerta no los hubiese interrumpido.
Ambos se giraron hacia la puerta del patio con susto, el glaseado desparramado en sus manos y bocas demostraban la culpabilidad.
Por suerte el ruido sólo fue el golpe que dio la puerta gracias al viento, por lo que más tranquilos se dieron la vuelta para devorarse el último pastelito.
Con lo que Hal y Lois no contaban era que tenían una hija de 12 años bastante escurridiza.
-Hola queridos padres- expresó la menor con los brazos cruzados sobre su pecho mientras estaba sentada en una silla de la mesa enfrente de ellos- ¿Qué estaban haciendo?
Hal y Lois dieron un pequeño salto, la presencia no esperada de su hija los había asustado.
-Estábamos...- Hal miró a su esposa en busca de ayuda
-Estábamos ajustando los gastos- al segundo en el que Lois dijo eso se arrepintió ya que Malcolm y Madeleine calculaban los gastos, además de que tanto como ella como Hal tenían las caras glaseadas
-¿Ah sí? Creo que el primer gasto que deberían ajustar es el de la panadería-expresó con una falsa sonrisa-Ya saben, dejar de comprar ahí a escondidas...
-¿Qué es lo que quieres a cambio?- preguntó Hal un poco asustado, la idea de compartir sus pastelitos con sus cuatro hijos le parecía una pesadilla
-Quiero que me incluyan en esto-Madeleine levantó su dedo para señalarse a ella y a sus padres-En esto de los pastelitos
Hal estaba por aceptar, pero Lois lo interrumpió.
-Si no dices nada de este encuentro, no diré nada sobre quién rompió el juguete de Dewey
