[ Punto de vista de Wooyoung ]
Lo único que lograba escuchar en este silencio que me rodeaba nada más despertar era el sonido de las gotas que golpeaban la ventana de mi habitación y algún ruido extraño que Seonghwa estuviese haciendo.
Cómo el día estaba tan sosegado, decidí volver a arroparme con las cómodas sábanas de mi cama, dándome cuenta de que la noche anterior no me había molestado en siquiera cambiarme la ropa al pijama. Olvidando eso, adopté una muy placentera posición para quedarme dormido.
No me había dado cuenta del posible tiempo que había pasado hasta que escuché cómo golpeaban levemente la puerta de mi habitación y que el ruido molesto ya no se escuchaba. Me di la vuelta mientras frotaba mis ojos con ambas manos para ver mejor, logrando observar cómo Seonghwa abría la antes golpeada. Este llevaba una bandeja de desayuno con un plato de lo que parecían ser pancakes con sirope y un vaso con algún líquido, de verdad que había veces que amaba tener a un estudiante de cocina viviendo conmigo por más pesado que fuese.
— ¡Buenos días! — dijo mi amigo con la misma energía que tenía siempre y una sonrisa que despertaba hasta al oso que estaba invernando. — Pensé que ya estarías despierto aunque de todos modos te iba a despertar. Te hice el desayuno ya que sé que últimamente has estado muy ocupado en la universidad. — ahora el que sonríe soy yo, le susurro un leve "gracias" a la vez que apoyo mi espalda en el cabecero de la cama. Estiro los brazos para agarrar la bandeja y ponerla en mis piernas, pero Seonghwa prefiere hacerlo él y no se lo voy a rechistar. — En verdad me las hice para mi pero se me hizo mal no hacerte a ti. — ya llegó la bromita, raro me parecía que no dijese algo de este estilo.
Fruncí el ceño levemente para que pareciese que me había enfadado y Seonghwa obviamente carcajeó por mi cara.
Cuando terminó de reírse de mí se dio la vuelta para salir de mi habitación, pero antes de eso se da la vuelta, esta vez riéndome yo de las pintas que llevaba — un pijama de rayas blancas y azules, el pelo revuelto con un antifaz de cinnamonroll echándolo para atrás y un delantal manchado de harina y chocolate —, se para mirando a mi espejo y, mirándome por el rabillo del ojo (haciéndome un side eye como él diría) habla; — Hongjoong vendrá esta tarde para poder hacer el trabajo que te dije ayer. — y nada más termina, sale igual que entró.
Un escalofrío recorre mi espalda tan pronto como menciona el día de ayer. Siempre pensé que todo lo relacionado con lo paranormal no me lo creería hasta verlo con mis propios ojos pero, siendo sincero, lo que ayer pasó y yo mismo vi con mis propios ojos, no quería ni pensaba creerlo, claro que fue producto del cansancio.
O eso quiero creer, porque si no es así se me caen los pantalones en cuanto escuche el mínimo ruido.
¿Pero y la silla?¿Se había roto así como así?
Sacudí mi cabeza como si aquello fuese a hacer algo a todo lo que me estaba pasando y, lentamente, seguí tomándome el desayuno.
[... 🚈 ...]
Sentí como mis manos y la mayoría de mi cuerpo temblaba al estar llevando la silla rota al punto de recogida de basura, estaba en el ascensor, con parte de la silla en una mano y las dos patas en la otra, mirándolas.
Ahora que lo miraba más de cerca, la manera en la que las patas habían sido cortadas eran una perfecta línea recta, con alguna que otra astilla sobresaliendo y amenazando con pinchar.
¿Cómo es posible? No soy creyente pero Dios santo, poderosísimo sea usted.
Miré el piso por el que el ascensor me llevaba y recé para que nadie subiese en ese preciso momento, por lo menos que me dejen bajar hasta el último piso. Ahora que me acordaba, Seonghwa bromeó sobre que había unas siglas talladas haciendo referencia "a un nombre", buscándolas, las encontré en una de las patas desprendidas. Estaban arriba del todo, una encima de la otra, lo que parecía ser una "C" y una "S" con caligrafía de niño de parvulitos.

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The boy of the train [ woosan ]
Ciencia FicciónTodos en esta vida nacen ya con una alma gemela, designada por el universo paralelo. Estas están supuestas a encontrarse temprano en la vida, y ahí es cuando unas salen bien y otras... no tan bien. Pero; ¿qué sucede si todavía no encontraste a tu al...