HASTA QUE EL VERANO SE ACABE

Capitulo 1

Harry lo miraba bailar a la lejanía, mientras sus labios eran humedecidos por el vodka y su garganta le dejaba la sensación de tibia y rasposa por el rastro que el licor dejaba. Cuando tragaba en seco esta amargaba dejando la sensación de ardor.

El castaño meneaba sus marcadas y definidas caderas restregando su trasero a un chico de rulos rubios que guiaba sus manos a sus caderas y se re afirmaba detrás de su espalda baja. Harry miraba cada uno de sus movimientos y su cejo se fruncía cada que se perdía en ese chico castaño y esa sensación de celos le inundaba el pecho y recorría todo su maldito ser.

—Quiero otro trago —El ojiverde ladeo su cabeza lamiendo sus labios con una sonrisa soberbia, el mesero le entrego el trago y Harry negó. Después de todo él siempre seguiría un patrón, muy seguro de sí mismo sabía que él siempre terminaba por gemir su nombre con ellos.

¿Era egoísta de su parte? Tal vez, ¿Lo quería solo para él? También.

Había pasado una hora desde que había perdido de vista a ese ojiazul, una camisa de vestir y un pantalón de costura alta holgado al cuerpo ajeno había quedado memorizado en la mente del rizado.

—Suele venir seguido por acá—El batender sonrió mientras preparaba otra bebida, para un chico de pestañas largas y ojos mieles que se encontraba a unos cuantos lugares de Harry.

—Lo sé.

—Bueno, no debería dar información de los clientes pero no has despegado la mirada de él y ahora que salió de tu vista lo sigues buscando. —Se acojono de hombros sonriéndole al morocho al momento de entregar su trago.

—Si...—Harry negó con una ceja enarcada, bajo la mirada a su trago arrugando levemente su nariz. —Sigue siendo tan hermoso como la primera vez que lo conocí en este mismo lugar—Volvió a hablar con la mirada en su bebida mientras un hombre de camisa blanca maga larga con los primero botones desabrochados se sentaba a su lado.

El batender frunció el ceño con una media luna adornando en sus labios. —Ah, así que lo conoces, ¿eh?

Harry levanto la mirada—Perfectamente, teníamos tan solo 17 años cuando nos colamos a este antro en unas vacaciones de verano, es mi exnovio.

El chico pelirrojo de a lado le sonrió con un notable coqueto, Harry con confianza lo acerco desde su banquillo pegándolo más a su lado, ofreciéndole un trago de la barda. —Una noche, no hay más. —Le susurro sin pena alguna, no estaba para conquistas que luego no se podría quitar de encima.

El pelirrojo sonrió pidiendo un trago seco al chico que ahora miraba la escena con el cejo expresivamente sorprendido. —De acuerdo...—Espero a que el hombre frente a él susurrara su nombre.

—No veo el porqué de saber nuestros nombres—Harry sonrió socarronamente, el chico bebió unos cuantos tragos cuando por último tomo la copa poniéndose de pie, al pasar a su lado susurrando en su oído "Entonces que nombre gemiré"

El rizado dejo un par de dólares en la barra poniéndose de pie, los tragos de vodka haciendo estragos en su sistema, poniendo su cuerpo caliente y cabeza pesada. Siguió al chico a unos cuantos pasos atrás. Su mente solo llevaba algo presente, ese ojiazul. 

El bar y antro al estar en la orilla de la playa contaba con habitaciones del hotel, donde podías ver el mar por un balcón y por la terraza del otro lado los edificios altos de la ciudad. No se sorprendió cuando vio al chico frente a él abrir una habitación con tarjeta Premium para los huéspedes, tampoco cuando entro a la habitación y el mismo se lanzó a besarlo. Harry poso las manos en su cintura cerrando los ojos, envolviéndose en su aroma varonil de una marca costosa.

Camino con él hacia la orilla de la cama, dejando que este le desabrochara la camisa entre besos lascivos y la lentitud que les provocaba el alcohol. Sus lenguas siendo besadas mutuamente en caricias incontrolables.