Capítulo IV

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48 horas después, Dan despertó con un profundo dolor de cabeza y su cuerpo apenas podía moverse sin aullar de dolor. Claro que al ser un Omega recesivo también le tocaba tener el peor de los celos.

No recordaba nada más allá de ver a Jaekyung apareciendo y echando a Hwa de la habitación. Se sentía agradecido. Nunca había estado con alguien más que no fuese el alfa así que... simplemente, no quería experimentar eso. Ya se sentía muy mal por estar vendiéndose como lo hacía.

El sol estaba más alto de lo que esperaba así que era bastante tarde. Bajó las escaleras y se metió a la cocina, debía preparar el desayuno de Jaekyung antes de que esté llegará de correr. Iba más lento de lo esperado, se debía al agotamiento físico. Estaba mareado y un poco adormilado, después de un celo como ese lo mejor era descansar pero Dan no podía darse ese lujo.

—Así que ya despertaste. Me gustaría dejar de estar cargando contigo.

Jaekyung no había ido a correr. Venía envuelto en una toalla y estaba mojado, había ido a nadar. Dan frunció el ceño confundido, era miércoles y todos los miércoles iban al gimnasio.

—El desayuno ya casi está listo —dijo con vergüenza. Sabía que debía hablar con él sobre lo sucedido pero no sabía cómo empezar esa conversación sin que acabará mal—. Yo le juro que no quise...

—Sé que no fue tu culpa. 

Dan extrañado se rasca la cabeza, generalmente para Joo Jaekyung todo lo malo que pasaba a su alrededor era culpa de Dan, y así se lo hacía saber. Entonces, qué carajos.

—Solo lo diré una vez así que espero que quede bien claro en esa cabecita tuya: aléjate de Hwa.

—Estoy seguro que lo hizo a propósito.

—Tal vez. —Jaekyung se encogió de hombros recibiendo el plato que Dan le entregaba—. Sé que piensas que soy malo, un demonio... Pero si yo soy eso, Hwa es el mismo diablo.

Dan ya lo tenía bastante claro. Había algo en ese alfa que no le gustaba ni un poco, era sencillamente espeluznante.

—¿P-por qué no fuimos al gimnasio temprano?

—Aparte de que parecías estar muerto, tengo una sesión de fotos hoy. Tú quédate aquí y no salgas.

—Sí.

—Hablaré con el entrenador para qué...

—No. —Dan lo interrumpió. —No lo haga. Soy un Omega recesivo, ¿Recuerda? Eso significa que sin importar lo sucedido siempre será mi culpa. No quiero poner a Namwook en una posición incómoda.

Dan se encogió de hombros. Así era la vida. Y la verdad se sentía algo paranoico, la última vez que alguien lo había visto pasar por algo así acabo sin trabajo y a punto de perder su licencia. No necesitaba más incidentes en su ámbito laboral.

—Cómo quieras. Yo solo te advierto que eres mío, Dan. No importa cuánto chilles o lo odies, lo eres. Y no puedes estar con nadie más que yo, sin importar cuánto dinero puedan ofrecerte.

—Señor, yo no estoy intentando...

—No me interesa, ahora vete.

Dan subió al segundo piso para darse una ducha, estaba demasiado pegostoso y sucio. Jaekyung no sería capaz de lavarlo aún cuando no se encontraba en sus facultades, si no se apresuraba podría terminar con una fiebre muy fuerte.

Al desnudarse notó todas las pequeñas marcas de morida en su piel, los chupetones y el enrojecimiento por las palmadas en su trasero. Soltó un suspiro al ver que sobre su cuello estaba enrojecido más no marcado. De forma inconsciente se tocó el estómago.

Del odio al amor - JinxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora