⚠︎IᑎՏᗩTIᗩᗷᒪᗴ⚠︎ :Sonadow:✧˖°࿐

No regrets

- ¿Te doy una mano? -

Esa simple cuestión dejó al erizo cobalto totalmente estático en su lugar, sintió sus mejillas a una temperatura superior a la par que su corazón latía con vehemencia. Aunque no dijo nada, su cuerpo, más específicamente su entrepierna, habló por él.

Shadow sonrió paulatinamente y se levantó del escritorio más que desordenado y lleno de salpicaduras de las cuales solamente ellos conocían la procedencia. Una vez de pie, sintió sus piernas tambalearse un poco por la ruda actividad reciente, no le dió importancia y lentamente se agachó hasta que sus rodillas tocaron el frío suelo.

- S-Shad... -

- Ya te has divertido demasiado - impaciente, colocó su mano diestra sobre la vara frente a su rostro y deslizó sus dedos desde la base hasta la punta con parsimonia. Sonriendo cuando un nuevo gemido escapó de los labios de su erizo azul, conocía los efectos en consecuencia de que él realizara un trabajo manual a su compañero, por supuesto que lo hizo a propósito. Pero ésto no iba a terminar aún, Sonic lo había comenzado, Sonic debía terminarlo correctamente - Eres verdaderamente una caja de sorpresas, erizo - comentó con picardía mientras su afilada mirada carmesí atravesaba los sentidos del héroe - ¿Quién pensaría que a Sonic, el noble héroe de éste lugar, le gusta tener sexo en lugares públicos? - a pesar de su lluvia de palabras, su mano se mantuvo ocupada con movimientos repetitivos de arriba hacia abajo sin detenerse en ningún momento - Debo reconocerlo, es una venganza demasiado inesperada viniendo de ti, aunque comienza a gustarme tu lado imprudente -

Sonic respondió con una tenue sonrisa ladina, aunque la expresión no duró demasiado cuando los labios tersos de la forma de vida definitiva se envolvieron al rededor de su longitud. Soltando algo que pareció una mezcla entre un gemido y un gruñido, sujetó la cabeza de Shadow desde sus púas y las acarició tiernamente hasta llegar a sus puntiagudas orejas, como muestra de agradecimiento por la placentera atención.

El erizo más alto comenzó a mover su cabeza de atrás hacia adelante mientras la lengua resbaladiza jugaba con la sensibilidad de la zona, recorriendo toda la extensión y dando leves succiones a la punta rosada. Conocía de sobra todo lo que a Sonic le gustaba, y sería un tonto de no aprovecharlo, cada vena, cada espacio de piel, cada estímulo, fue otorgado con precisión y deseo.

Dirigió sus ojos rojos a la figura azul que yacía de pie medio tembloroso frente a él, los ojos esmeralda de Sonic se oscurecían cada vez más y le advertían que si continuaba las cosas se pondrían mucho peores... ¿O mejores?.

Aún con la extensión atrapada en su boca, sonrió ante el extasiado erizo azul y en un movimiento rápido, lo hizo recostarse en el piso mientras él se colocó en cuatro patas, con su rostro nuevamente frente a su premio y su parte posterior colgando frente a un atónito macho de brazos color melocotón. Una posición conocida como el "69", dejando a imaginación de Sonic lo que podría o no hacer. Incluso haciéndole notar que le estaba dando permiso para moverse libremente y hacer lo que deseara. Entregándose a él sin dudar.

Volvió a envolver la palpitante extensión con sus labios y cerrando los ojos se dejó llevar por el ambiente, alternando movimientos lentos con otros más rápidos y asegurándose de jugar con su lengua y sus dedos por toda el área muscular.

Sonic ahogó un gemido cuando sintió la punta de su miembro chocar contra los confines más calientes y estrechos de la cavidad de Shadow. Ese chico era realmente bueno en lo que hacía.

Miró hacia arriba y se percató de la goteante entrada del erizo, con una sonrisa embriagada de lujuria, llevó su dedo índice a la raja y recogió los jugos con este mismo, escuchando un leve jadeo del contrario ante la acción.

Con más motivación, separó los labios con sus pulgares y se deleitó con la vista explícita y deliciosa de la entrada rosa provocando movimientos espasmódicos y brillando ante el hilo de flujos dulces que bañaban sus paredes. La colita puntiaguda inmediatamente se colocó sobre esa zona, impidiéndole seguir mirando. Cuando se inclinó para mirar en dirección a Shadow, éste lo miraba de reojo con el ceño fruncido y las mejillas rojas. Después de tantos años, a Shadow aún le daba bastante vergüenza ser observado tan fijamente en sus partes privadas, eso era algo que lo hacía ver más deseable.