| Extra 1/3 |

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La pareja entró junto a sus amigos al orfanato donde ya habían programado una cita para comenzar a ver niños de todas las edades. Aún no decidían de qué edad aproximadamente escogerían, solo se dejarían llevar por sus instintos.

En esa primera ocasión fueron acompañados por Jimin, Yoongi, y Hoseok, pues la pareja se comprometió el día de la boda de Jungkook y Taehyung, y querían abrirse a todas las posibilidades de lo que podía ser su futuro como esposos. Y Hoseok no quería perderse del momento, aunque sabía que todo no sería tan fácil, ya que la dopción podía tardar incluso años.

— Bienvenidos — habló la señorita Rosé, quien los recibió y se encargaría de guiarlos en todo el proceso.

— Gracias. — respondieron todos. 

— ¿Quién es la pareja que está interesada en adoptar?

— Nosotros — respondió Kim señalándose a él y su esposo.

— Claro, permítanme guiarlos a la oficina para un pequeño registro, después iniciaremos con el recorrido.

Las parejas siguieron a la señorita, y los esposos llenaron todos los requisitos que debían para poder ver a los niños en el orfanato. Después de eso fueron guiados a otro extremo del edificio donde comenzaban a verse niños de todas las edades andando por el lugar. Unos corriendo, otros jugando o solo hablando entre ellos.

Al verlos entrar, los niños los miraban fijamente, sabían a lo que venían. La mayoría se alegraba e intentaban llamar la atención, sobre todo los más pequeños, algunos más adolescentes no parecían tan alegres, más bien decepcionados.

— ¿Prefieren iniciar de bebés a adolescentes, o de adolescentes a bebés?

— Bebés — respondió Jungkook. Su instinto se lo dijo.

La pareja de esposos se encontraba nerviosa, sus manos estaban unidas y sudorosas, pero aun así no se soltaban. Llegaron a una sala muy espaciosa donde había cantidades de cunas, el 80% ocupadas por bebés, las demás se encontraban vacías. Y Jungkook quiso llorar de tristeza ¿Tantos niños estaban sin hogar?.

— ¿Por qué hay tantos? — se atrevió a preguntar. La joven hizo una mueca de incomodidad.

— El 60% de estos bebés son de madres adolescentes solteras que temen ser juzgadas y prefieren abandonarlos en la 'canasta'.

— Espere — interrumpió Jung — ¿La canasta existe? — la mujer asintió con vergüenza.

— Lastimosamente sí — respondió — aunque es mejor a que los abandonen por ahí y corran riesgo de muerte.

— ¿Qué es la "la canasta"? — preguntó Kim.

— Los orfanatos en Corea del Sur tienen una canasta donde las mujeres pueden abandonar de manera anónima a los bebés — respondió Hoseok — hicieron esto para evitar los abandonos en las calles. Pero creí que solo era un rumor.

— Sí — dijo la joven — En Corea, ser madre soltera se considera algo vergonzoso, así que muchas mujeres jóvenes se ven incapaces de criar a sus hijos, es por eso que los abandonan... Pero no vinimos a hablar de esto, ¿cierto? Por favor sigan, pueden mirar como gusten. — los invitados asintieron un poco recelosos y se esparcieron por toda la sala.

— Amor — le habló Kim a su esposo — ¿Miramos juntos o por separado?

— No lo sé — susurró el menor — ¿Juntos? — el mayor asintió sonriéndole. Reforzaron su agarre de manos y comenzaron por el lado derecho de la sala.

Después de derretirse de ternura por diez minutos viendo toda clase de bebés, la pareja decidió seguir recorriendo el lugar. Cuando estaban a punto de cruzar el umbral para salir, Jungkook se detuvo en seco. Taehyung lo miró asustado, pero el menor solo se dio media vuelta para mirar un punto fijo de la sala.

Profesor Kim | TaeKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora