Profesor Kim | TaeKook

| 022 |

Cuando tuvieron su encuentro, se saludaron con un beso en la mejilla, y de ahí en adelante el sonrojo jamás se fue de sus mejillas mientras estuvieron juntos.

Ninguno se atrevía a iniciar la conversación pendiente, por lo que se dedicaron a pedir y comer. Pero en un momento JungKook notó que TaeHyung no dejaba de mirarlo, y lo primero que pensó fue que algo debía de tener en su cara.

- ¿Por qué me miras tanto? - decidió preguntarle - ¿Tengo algo en la cara, verdad? - TaeHyung sonrió y negó.

- Es solo que eres muy lindo. - JungKook iba a responder pero una voz conocida interrumpió.

- JungKook - le habló una voz grave - ¿Qué haces acá a estas horas? - el mencionado y su acompañante fueron girando lentamente hasta ver con el dueño de esa voz autoritaria.

- P-papá... ¿Tú qué haces aquí?

- Llegué a casa a darle una sorpresa a mi familia y me encuentro con que ni mi esposa ni mi único hijo están en ella. Así que vine acá a cenar para después dar con sus paraderos... ¿Por qué tu madre no contesta?

- N-no lo sé, últimamente anda saturada en su trabajo. - el mayor de todos no dijo nada y volteó a ver al acompañante de su hijo. - P-papá, él el TaeHyung, m-mi... Mi profesor. - Jeon mayor frunció su ceño.

- ¿Y qué haces con tu profesor en una cafetería a estas horas? ¿Y por qué lo llamas por su nombre? ¿No te hemos enseñado esa clase de modales ya? - JungKook tragó duro y miró a TaeHyung. El último se relamió los labios y habló.

- Mucho gusto señor Jeon, soy Kim TaeHyung, profesor de JungKook en la escuela y también fuera de ella. Su esposa me contrató para darle clases particulares. Lo siento mucho pero se me ha presentado una emergencia por lo que tengo que viajar mañana a primera hora y regresaré hasta el martes, por lo que aproveché que ví a JungKook aquí para avisarle que el Lunes no podré asistirlo. Saliendo de aquí le iba a avisar a su mamá.

- Mmm - gimió el mayor. - No se preocupe, yo se lo diré... ¿Cuántos años tiene profesor Kim?

- Veinticinco, Señor.

- Lo felicito, está usted muy joven para dar clases en tan prestigiosa escuela.

- Muchas gracias. - Jeon mayor asintió y miró de vuelta a su hijo.

- JungKook terminaremos de hablar en casa. Recoje tus cosas y vámonos ya. - JungKook suspiró e hizo un puchero inconsciente.

- Si señor.

- Te espero en la salida. - dicho eso se retiró dando un asentamiento a TaeHyung cómo manera de despido.

☀️

Esa noche no pudieron tener su conversación, pero antes de despedirse decidieron que lo hablarían así tenga que ser por llamada.

Al llegar a casa, JungKook tuvo que recibir un regaño por parte de su padre.

- Aún no eres mayor de edad - decía el mayor - y aunque lo fueras, aún estás bajo la supervisión de tus padres. Esas no son horas de estár por ahí JungKook.

- Papá, apenas eran las ocho y media. Aún ni los gallinas se acuestan.

- Claro que sí, se acuestan a las seis. - JungKook rodó los ojos - el punto es que sabes que no debes hacerlo, y te aprovechas de que tu madre trabaja todo el día para desacatar las reglas de la casa.

- Solo fui a comprar la cena igual que tú, en la casa no había.

- Desde que tienes quince años aprendiste a cocinar por cuenta propia. Y adoras hacerte de comer cuando quedas solo.

- ¿Y tú qué vas a saber si nunca estás? - el mayor suspiró pesado.

- Pueda que no esté físicamente, pero lo se todo de ti. Eres mi hijo y te amo. - para JungKook no era una sorpresa que su papá le dijera que lo ama, pues a diario lo llama así sean cinco minutos y al despedirse es lo último que escucha de él.

- También te amo - murmuró sin ganas el menor.

- Estás castigado. - JungKook lo miró como perro regañado.

- ¡Pero papá! ¡¿Solo por eso?!

- Sí, solo por eso. Para que aprendas a qué así sea mínima, las reglas se cumplen. - JungKook frunció su ceño enojado. - Y para tu información...

- ...

- Ya no tendré que viajar más... Por lo menos no tanto tiempo. Me haré cargo de la empresa desde acá de Seúl y los trabajos de viaje se los encargaré a otra persona capacitada para el puesto.

- P-papá ¿Es en serio? - JungKook en serio no lo creía y tampoco se quería hacer ilusiones. El mayor asintió y al ver su cara fue que comprobó que si hablaba en serio. Y sin evitarlo se dibujó una enorme sonrisa en su rostro.

Después de tantos años que ya ni recuerda, por fin tendrá de nuevo a su papá con él. Podrá verlo todos los días.