Pasaron unas semanas desde que me dieron la gran noticia. En estas semanas, todo fué transcurriendo de maravilla. Le comenté a mis mejores amigos, Emily y Ryan, quienes se emocionaron tanto que me prepararon una fiesta. Después, estuve practicando todas las noches mi canción, y perfeccionando mi habilidad con el bajo. Ya me llamó mi agente, y mañana, si todo sale bien, grabaré el videoclip de mi canción "Sad Girl".
Estaba sumergida en mis pensamientos, hasta que una llamada me levantó de mi trance. Tomé mi telefono, y al ver, era un numero desconocido. Raro.
—¿Hola?
—¡Hola, bonita! —Una voz de un hombre pasados los 50 años se escuchaba por el telefono.
—¿Qué?, ¿quién carajos es?
—¿Así tratas a los ancianos?
—Carajo, Ryan, eres un tarado. —Solo se trataba de Ryan haciendo voz de anciano.
—Calmate, bonita, solo te llamaba para ver si seguía en pie nuestro plan de mañana.
—Sí, idiota. Eso sí, no llegues tarde, que necesito estar en el estudio a las 12 pm.
—Hecho. —Me desparramé en la cama hasta concililiar el sueño. Los nervios no ayudaban.
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Me levanté con un rayo de sol alumbrandome directo a los ojos. Raro, se supone que me iba a despertar una alar...
—¡MIERDA! — Grité tan fuerte que mi gata pegó un salto.
—Llego tarde. — Seguía hablandome a mi misma.
Eran las 11 a.m y Ryan pasaba por mí a las 11:30. Estaba en apuros.
Me metí a la ducha lo más rápido que pude, me maquillé, perfumé, cambié, y logré llegar a tiempo. Las 11:29. Vaya Madi, quién lo diría.
Estaba dandome los ultimos retoques en el espejo, cuando sonó el timbre.—¡Mierda, ya voy! — Ryan insistía, y ya había tocado el timbre mínimo unas 7 veces.
—¿Tan impaciente ibas a ser? — Musité mientras giraba los ojos. —¿Qué puedo decir?, me gusta molestarte. — Llevaba una sonrisa de punta a punta. Idiota.
—En fin, gracias por buscarme, y acompañarme en todo este lío, ya sabes. — Le dí un pequeño beso en la mejilla. —¿Cómo iba a perderme eso?, no seas bobita. Ven, vamos. — Dijo tomandome de la mano, dirigiendome hacia su auto.(⭑⭑⭑)
—¡Llegamos, Madi!, ¡Madi!, ¿Madi? — Escuchaba las palabras de Ryan a lo lejos. — ¡Idiota!- Una sacudida me despertó de mi trance. —¿Me quedé dormida? — Ryan asintió. —Dormí mal anoche. — Ryan volvió a asentir. —¿Vas a hacer algo más que asentír? — Ryan negó. Bufé, y me bajé del auto escuchando las risas de Ryan a lo lejos.
—¿Estas nerviosa? — Musitó Ryan mientras acompañaba mi paso. —Un poco. Ya sabes, si todo sale bien, mi vida cambiará a partir de hoy. — Ryan asintió, a lo que yo le mostré mi dedo de el medio. —Llegamos. — Tomé aire, mientras jugaba con mis manos. —Tranquila, Madi, todo saldrá bien. — Le sonreí, mientras me adentraba en el lujoso edificio.—Hola, jovenes. ¿En qué los puedo ayudar? — Musitó el mismo hombre entrajeado de siempre. Yo me limité a mostrar mi tarjeta de miembro de el lugar que ya me pertenecía. —Oh, bueno, vayan. — Dijo mientras miraba hacia otro lado. —¡Gracias! —
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—Llegamos. — Musitó Ryan mientras bajaba de el elevador. —Tranquila, todo saldrá de maravilla.
—Eso espero. — Dije, mientras sentía como me daba pequeñas palmaditas en la espalda. Me acerqué a la puerta con mi nombre, y toqué lentamente.—¡Oh!, esa debe ser Madison. — Pude oír la suave voz de Marie, la mujer con la que trabajo y la que me administra todo. —¿Ya estás aquí, Madi? — Gritó a traves de la lujosa puerta. —Sí, aquí estoy. Y vine con un amigo, espero que no moleste. — Marie abrió la puerta y me dió un acogedor abrazo. —Claro que no hay ningún problema. Pasen. —
Nos adentramos a mi salón. —Necesitamos hacer papeleo, Madi. — Musitó Marie. —Oh, claro. — Dije mientras me dirigía hacia su escritorio.
—Tú, pequeño muchacho, puedes esperar en esos sofas. — Musitó nuevamente Marie, dirigiendose a Ryan. —Oh, okay, gracias. — Ví como se ponía cómodo en los sofas.—En fin, ¿quieres un Chai Latte? — Marie extendió la mano, dandome un pequeño tazón con decoraciones doradas.
—Muchas gracias. — Lo tomé.
—En fin, ¿empezamos? —
Asentí.
(⭑⭑⭑)
—Uf, por fin terminamos. —
—Sí, - Reí ante el comentario de Marie. Habíamos estado haciendo papeleo por dos horas. —En fin, Madi, ¡ya es hora!, ve con los estilistas. Y, escucha, lo harás genial. No estes nerviosa. — Le dí un pequeño abrazo.
—Gracias, Marie, tus palabras real
mente me ayudan. —Me dirigì hacia el sofá donde estaba Ryan, en el décimo sueño.
—¡Levantate, idiota!
—¿Que?, ¡hola, hello!, estuviste genial.
— Balbuseaba Ryan.—Ya lo creo, realmente se me da bien en eso de firmar papeles. — Me burlé.
—Lo siento, me dormí. — Noté el arrepentimiento en sus ojos.
—No pasa nada, taradito. Solo estuve firmando acuerdos y demás. Ahora empieza lo divertido. —Dije con seguridad.
—Bueno, iré por el primer atuendo. Adiós. — Me fuí dando pequeños saltitosLas estilistas me pusieron el primer atuendo, basado en todo lo que habíamos hablado sobre el concepto que quería dar en la canción en una entrevista que tuve hace unas semanas.
Era un vestido negro corto con brillos, medias negras, unas botas hasta las rodillas, y guantes negros que me llegaban hasta la mitad del brazo. Se veía asombroso. Después, tenía unos aretes en forma de estrella plateados, y un collar plateado que decía "Sad Girl"
De peinado me habían dejado el pelo suelto, con algunos bucles en las puntas, y de maquillaje tenía un "Smokey eye" y gloss como principal.Me dirigí hacia la zona de grabaciones, y ahí estaba Ryan, quién al verme abrió los ojos como platos. Me reí ante eso, y me dirigí hacia el escenario. Lo que tenía que hacer era facil. Basicamente iba a cantar en el escenario, y después hacer una pequeña coreo.
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—¡Estuviste estupenda, Madi! — Gritó Ryan a lo lejos mientras sacudía sus manos como maníaco.
—¡Gracias! — Le devolví el grito imitando sus movimientos exóticos en modo burlón.
—Estoy orgullosa de tí. — Musitó Marie mientras aplaudía como loca.
—Muchas gracias. —
—La edición de el video se llevará a cabo mañana a primera hora. Mientras tanto, tu trabajo ya está hecho. — Dijo con una sonrisa de par en par. —Tu ya puedes irte. Llama a tus amigos y salgan, merecen festejar, pasarse de copas, y... Espera un momento, ¿tú tienes 17, ¿no? —
Asentí entre risas.
—Olvidate de que te dije esto. — Musitó, antes de salir disparada hacia Dios sabe dónde.
—¡Ryan! —Dije mientras me atragantaba con unos bocadillos muy elegantes que había tomado de allí.
—Dime.
—¡Vamonos de fiesta!, llama a Emi, ella seguro tiene mil millones de fiestas para ir. — Dije con una sonrisa de par en par.
—Como la cantante desée. — Se burló Ryan mientras tomaba el teléfono.
Esta noche iba a ser buena.
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