La noticia

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Capítulo I

El cantar de los pájaros, el olor a tierra húmeda... Un gesto tan maravillo que me ofrece la naturaleza todas las mañanas, hace que me olvide por unos minutos del mundo real, el mundo donde solo se basa en la política, tragedias, asesinatos... más mierda de lo que puede haber. Me levanto de mi cama yendo directo al baño, después entro a mi cuarto nuevamente dirigiéndome a mi armario me coloco mi mejor ropa y bajo al comedor. Como siempre, la sala con el terrible olor a tabaco que con solo olerlo me da ganas de vomitar, olor que proviene de mi padre que se encuentra sentado en su favorito sillón de cuero mientras habla por teléfono.

Me da un poco de curiosidad ver que mi madre no se encuentra en la sala llevándole el café recién hecho a mi padre, espero a que el termine de hablar con la persona por el teléfono y le pregunto: 

- Papá y mi madre? - le digo.

- Ah, esa mujer no se en que pierde su tiempo en esa cocina, ya debería estar aquí mi café, esto una pérdida de tiempo por Dios! - dice un poco molesto. 

En eso aparece mi madre con el café en mano un poco apresurada, me ve y con una sonrisa dice - Oh! Buenos días cariño - deposita un beso en mi mejilla - cómo estás? - me pregunta.

- bien bien, mamá tu camisa esta un poco... - le digo bajando la mirada hasta su camisa.

- Oh Dios mío! no me había dado cuenta, creo que fue por la mermelada de fresa que preparé, debo apresurarme para darle el desayuno a tu padre...! - dice ella

- déjame ayudarte, yo preparo el mío y el de Cass está bien? - dije

- Cariño de verdad muchas gracias, pero a tu padre no le gustaría verte aquí cocinando... es mejor que vayas a la mesa - me sonríe y sigue con lo que estaba haciendo. 

Mi madre es admirable, claro que lo es, aguantar a un tipo machista todo este tiempo que solo la humilla y la trata como sirvienta, no entiendo como es que ella lo siga amando a pesar de todo. Me siento en mi silla y veo que ya mi hermana estaba sentada al lado mío, me sorprende lo sigilosa que es. 

Ya todos en la mesa después de bendecir los alimentos, mientras mi padre mastica el tocino y dice:

- Oliver, deberías unirte a la política al igual que yo, en vez de estar leyendo esos estúpidos libros todo el día - 

- No son unos estúpidos libros como dices y sabes muy bien que no me llama la atención el tema de la política - le dije 

- Tonterías, en que te ayudaría eso? A nada - dice a carcajadas - Tu abuelo estuvo en la política y ahora estoy yo, tienes que seguir el legado de tu abuelo. Solo quiero que tengas un futuro digno escuchaste? - dice mientras me lanza una mirada amenazante 

- Pero... Mamá no dirás nada? - digo en forma de queja.

- Cariño tu padre tiene razón, hazle caso... - dice tranquilamente. 

- a la mierda con esto - dije en mi mente, después de esa pequeña conversación que para mí fue la más incomoda, mi padre quiere que me una a su campaña política para así ser alguien exitoso y de buen saber pero desde hace tiempo he dejado en claro que no me interesa eso pero pareciera que no le importara y que solo pongo eso como excusa. Subo a mi habitación, recojo mi maletín del suelo y guardo las cosas necesarias para las clases de hoy en mi universidad, Cierro la puerta de mi habitación a continuación la puerta principal y adiós dulce hogar.  

Ir desde mi casa hasta la famosa Universidad de Columbia no es tan lejos, solo unas cuantas cuadras y ya estoy allá, en eso siento que tocan mi hombro y volteo. Mi mejor amigo Jonathan, somos amigos desde la infancia, nuestros padres son muy buenos amigos desde hace mucho tiempo. 

- Oliveeer mi hermano, como te encuentras? bien? yo también - dice mientras suelta una pequeña risa. 

- Hola, bien muchas gracias, hiciste la tarea de literatura de el señor Smith? - le dije, conociendo lo olvidadizo que es obvio que no la hizo.

- Oh mierda... estoy frito con ese tipo! - dice en un tono preocupado - siendote sincero no le entiendo nada a sus clases, oh dios, y así yo pretendo ser un escritor cuando ya leo una página de un libro y me aburro...! - exclama. 

- Dios mío Jonathan, en verdad eres un estúpido - me río. 

- Estúpido yo? si las chicas babean por mí cada vez que paso por los pasillos, podré no ser inteligente pero al menos les gusto a todas - muestra una sonrisa pícara.

- al menos dame las gracias por que te salve en estos dos meses en literatura por que ahora mismo estarías repitiendo el semestre - dije

- Sisi como digas Albert Einstein - se ríe 

Ya entrando en la universidad ingresamos al aula 2B, el profesor Smith no ha llegado todavía, entonces me siento en mi puesto, los cuales son diseñados para dos personas. En este caso seriamos yo y Jonathan. Los minutos pasan y entra al aula en profesor Smith, que con su presencia el lugar tiene un ambiente melancólico.

Pasan las horas y ya me está dando sueño, con solo escuchar la voz del profesor mientras recita un poema de Cesare Pavese. Hasta que de pronto se escuchan gritos de una mujer por los pasillos diciendo:

- QUE HORROR, QUE HORROR!! - decía la mujer mientras corría por el pasillo. 

todos los profesores, alumnos, el conserje absolutamente todos estábamos confundidos de lo que estaba pasando en este momento. Para que después de unas horas los pasillos estaban repletos de comentarios como: "eran dos chicos besándose...!", " que horror", "que asco no quiero que me toquen", "gays de mierda", "ojalá y los saquen de este lugar" . 

Quien diría que ese era el tema de conversación de ahora, la gente comenzaba a tenerle asco a los homosexuales, de un día para otro sería la cosa más odiada. 

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