𝐀𝐪𝐮𝐚𝐫𝐢𝐮𝐦 || 𝐊𝐢𝐦 𝐋𝐞𝐞𝐇𝐚𝐧

ꕀ 𝟎𝟏 ꕀ

Rayos de sol iluminaban la cara del joven mientras salía de su residencia. Hacía un hermoso sábado soleado y aunque quedarse en casa sin hacer nada era una opción muy favorable, el joven que se hacía llamar por el nombre LeeHan decidió emprender una caminata hacia uno de sus lugares favoritos.

Murmullos de conversaciones ajenas, los coches pasando a su lado, el cantar de los pájaros... Era una mañana tranquila. El chico decidió tomar una foto del hermoso paisaje antes de adentrarse en su destino. 

Una vez dentro miró emocionado a su alrededor. Pasillos llenos de peceras, grandes y pequeñas, llenas de peces de distintos colores, de distintos tipos y formas. No podía expresar lo feliz que se encontraba en ese lugar.

Le apasionaban los peces desde que era pequeño, así que su mascota ideal siempre fue uno. Desde que consiguió una pecera, pasó horas investigando todo lo necesario antes de comprar sus primeros peces, hace un año. Estaba dedicado a su cuidado siempre que tenía tiempo libre y no salía con sus amigos. Le encantaba quedarse viendo a sus "hijitos" disfrutar de su pecera.

La tienda donde conseguía alimento y todo lo necesario para ellos se había convertido en uno de sus sitios más frecuentes y favoritos. Incluso el dueño de la tienda, el señor Hwang, un hombre de unos 55 años, lo reconocía y hablaba con él cada vez que iba. 

En esa misma tienda conseguiría nuevos miembros para su familia acuática y no podía sentirse más emocionado.

Revisó los estantes, cogió más comida, y junto al señor Hwang revisó filtros de pecera y otros productos para su limpieza. Cambiaba su filtro cada trimestre para asegurarse de que sus peces pudieran vivir perfectamente en su pecera. Era muy cuidadoso con eso.

― ¿Sabes? Creo que tengo algunos filtros que aún no he colocado en la estantería del trastero. Los íbamos a colocar mañana, pero creo que puedo encontrar uno adecuado para tu pecera, Kim ― dijo el señor Hwang mientras hablaba con él. No notaron que alguien más había entrado a la tienda.

― ¿De verdad? ― el señor Hwang asintió ― Le estaría muy agradecido.

― Pues voy a por ellos. Mientras, puedes ir buscando esos nuevos peces que me dijiste que querías ― dijo para dirigirse al trastero, que se encontraba tras unas cortinas detrás de la caja.

El chico empezó a mirar con curiosidad las peceras llenas de pececitos. No había nada más relajante que pasar el rato admirándolos. Las decoraciones en el interior de las peceras hacían su interior más hermoso de lo que ya era, haciendo así el pequeño hogar de esos peces más acogedor.

Se fijó en uno en específico que se encontraba girando en círculos. Sonrió, parecía que ese pececito disfrutaba estar ahí. Decidió que sería uno de los que se llevaría. Levantó su mirada a los que se encontraban en la esquina derecha, junto a una piedrita. Eran dos, también muy bonitos. Pensó que junto con el primero al que había decidido llevar estarían fenomenal en su pecera.