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"Cuando por fin de tu voz me olvidé, tú llegaste de la nada a revolverme el alma"

Juan estaba bien, estaba rehaciendo su vida, ya no pensaba en Spreen ni mucho menos en lo que sucedió aquel día, el ya era completamente feliz.

—¡Hola Juan!— La pelirosa se acercó con una amplia sonrisa, Nia era una de las que le había ayudado bastante desde aquella vez.

—¡Nia! ¿Qué tal todo?— Juan con una sonrisa respondió, era bueno ver a Juan sonreír de nuevo.

Los dos chicos pasaron hablando un buen tiempo, hasta que llegó el momento donde Nia debía irse con 8cho a hacer una misión para el pueblo central.

El hechicero caminaba hacia su santuario con una linda y dulce sonrisa, feliz de lo que había logrado y conseguido después de tantos días y noches llorando por aquel oso.

Ya no lloraba, ya no sufría, simplemente vivía su día a día con una sonrisa y felicidad, sabía que ya no valía la pena llorar por el, se había ido, lo había abandonado, no merecía sus lágrimas ni sus noches en vela. El hechicero habia olvidado su voz, olvidó como era su tono y lo que era hablar durante varias horas seguidas sin cansarse.

Todo iba tan bien, tan bien para ser real..

—¿Juan?— Tenía que estar jodiendo.

El cuerpo del castaño se quedó totalmente congelado, no podía ser posible que en ese preciso momento aquella persona estuviera detrás de él, pudo sentir el corrientazo recorrer por su espalda y su cuerpo temblar por lo bajo, Juan no tuvo el valor de voltearse a enfrentarlo.

—Juan...— Su voz volvió a ser escuchada.

Juan no dijo nada, simplemente empezó a caminar lentamente hacia su santuario, no quería verlo, ni siquiera quería escucharlo.

Podía sentir los pasos detrás de él cada vez más cerca, sentía el gran cuerpo de Spreen acercarse, podía ver la sombra.

—Juan por favor, mirame— Spreen tomo el valor para agarrar el brazo de Juan y hacer que se voltera hacia el. —Hola, mi hechicero—

—Ya no soy tu he hechicero— A pesar de querer hablar seguro su voz salió tan débil y suave que casi fue inaudible.

Juan hizo lo posible para soltarse del agarre y aceleró su paso para llegar a su santuario cuanto antes.

—Vete— Juan subía las escaleras rápidamente mientras era seguido por Spreen.

El cuerpo de Juan reaccionó por si solo mientras miraba a Spreen desde la puerta de su santuario, su estómago revoloteaba por ver al oso de nuevo, pensaba que había logrado superarlo pero no era así.

—¿Por qué?— Juan dijo en un tono bajo, quería entender como era posible que en su cuerpo se siguiera sintiendo la adrenalina por tenerlo al frente.

Había vuelto a revolverle el alma, era un completo idiota.

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⏰ Última actualización: Jul 27, 2023 ⏰

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ɴᴜɴᴄᴀ ᴀʟ ʀᴇᴠᴇꜱ || ꜱᴘʀᴜᴀɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora