De mi Propiedad ( Fratt )

Par de Celosos

Lo observaba, lo seguía, lo cuidaba, esa es su rutina desde que regresó, no podía evitarlo, pues la culpa se lo comía vivo.

Sabía que dejarlo, sin ninguna explicación, podría traer consecuencias, su castigo fue, ver a Matt Murdock siendo feliz con alguien más, esas sonrisas que antes eran para el, se las dedica a otras personas.

Quería acabar con ese castigo pero no podía, era mejor estar lejos donde si podía verlo y cuidarlo, que no tenerlo y no saber cómo está.

Había noches en las que se ponía a verlo, sentado en el edificio de enfrente con unos binoculares, sabía que ya era acoso, pero no le importaba, quería estar lejos pero a la vez cerca de su abogado, quería saber a cuántas personas llevaba a su casa, porque si, es un celoso de primera, su sorpresa fue que solo estaban las personas que siempre estaban con el, Foggy y Karen, eso lo tranquiliza un poco.

Cuando Matt salía a vigilar, ahí estaba, cuidando siempre su espalda, cuando lo lastimaban deseaba ser el el que curara sus heridas, pero lo hacía su amiga la enfermera o el mismo.

Pero un día, perdió su rastro, se quedó dormido en el techo mientras vigilaba a Matt, lo buscó en su oficina, en el departamento de Foggy, con Karen, en el bar donde suele ir los fines de semana, su rojo no estaba, así que recurrió a sus amigos, no quería tener contacto con ellos pero era la única manera.

Regresó a la oficina de Nelson y Murdock, afortunadamente solo estaba Karen, no quería tener un intercambio de palabras con Foggy, entró cómo si fuera su casa y fue a la oficina de la rubia, tocó un par de veces hasta que escuchó un...

Adelante

- ¿Dónde está?

- Un buen día estaría bien antes de lanzar esa pregunta - la rubia no lo miró, ella estaba concentrada en sus papeles en la mesa - ¿Qué haces aquí Frank?

- ¿Dónde está Matt? - ella suspiró al verlo y negó con la cabeza - Karen...

- No lo sé

- No mientas - se acercó hasta su escritorio.

- ¿Se supone que debo saber a dónde carajos va todo el tiempo?

- Si, eres su amiga.

- Y tú eres su novio...o más bien, eras o creo que nunca lo fuiste - el pelinegro miró hacia otro lado - lo siento.

- Está bien, de todas maneras tienes razón, jamás fuimos nada formal - se quitó la gorra - ¿Entonces no sabes dónde podría estar?.

- Dijo que iría a los Angeles, tiene un caso un poco complicado, es todo lo que sé...¿Por qué te interesa tanto saber dónde está?

- Lo estoy cuidando.

- Lo estás acosando - negó - pero eso no me sorprende, regresas después de 5 meses, no le das explicación o un porque, solo lo abandonaste y ahora vuelves cómo si nada, siguiendo sus pasos, así no te va a perdonar, Frank.

- Está mejor sin mi...

- ¿Según quién?, lo veía feliz, era una persona diferente, tú cambiaste, ambos lo hicieron porque se tenían el uno al otro, ¿Es costumbre tuya desaparecer para que otros no salgan lastimados?... porque estás equivocado.

- ¿Te ha dicho algo de mi estos días?.

- Sabe que regresaste, solo espera el día en el que te dejes de esconder para que hablen las cosas, Frank...

- Gracias Karen - dió unos cuantos pasos a la puerta.

- Sabe sobre Russo - detuvo sus pasos - no eres el único que puede acosar a la gente.