La Puerta Abierta...

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En un lugar oscuro y húmedo una pequeña abrió los ojos aterrada y agotada ¿Cuando terminaría este vil tormento? Su cuerpo frágil lleno de heridas, piquetes de agujas y moretones se arrastro hasta una esquina donde solía acurrucarse, lo más alejada de la puerta que fuera posible, aquello solo retrasaba lo inevitable, pero era todo lo que su joven mente podía llegar a pensar, cuando logro abrazar sus rodillas, temblando de miedo y frío, fue cuando escucho una puerta abrirse y pasos apresurados en su dirección... ¿Tan pronto iban a volver por ella? No le quedó de otra que abrazarse con más fuerza mientras sollozaba tortuosamente, mientras aquellas voces, tan temibles para ella, se acercaba más y más...

– ¡Señor, mis reportes son ciertos en un 100% no tiene la necesidad de bajar aquí! A este sitio tan mugroso y... Horrible ¡Jamás mentiría y mucho menos a usted! –

– ¡Necesito verlo con mis propios ojos, por qué si lo que dices es verdad, estamos ante uno de los mayores descubrimientos de la ciencia! ¡Los viajes multidimensionales se verán como una banalidad ante estos, es el logro de una era, la cúspide de mi carrera! ¡Así que déjate de bobadas y dime! ¿¡Es el espécimen 303?! –

El anciano de enormes lentes redondos, ojos verdes saltones, piel demasiado pálida, con una pronunciada calvicie, tomo violentamente del cuello de la bata de laboratorio al joven que lo acompañaba, un chico rubio y con pecas, con aires de boyscout.

– Es, es... Es el 306 señor... –

– Debí suponerlo...– Hablo con malicia el anciano mientras se peinaba su revuelto bigote.

Camino con velocidad el par de metros que lo separaban de su objetivo a pesar de su cojera. Contemplo la puerta oxidada y el número en ella con enorme ambición, mientras el más joven lo hacía con algo de miedo...

– ... ¿Y?...–

– ... ¿Eh? –

–... ¡Que estás esperando, abre la maldita puerta, inútil, en este sitio todo lo tengo que hacer yo! –

– ¡Lo siento, señor, los siento lo siento! –

Después de recibir un contundente golpe en la nuca, saco su tarjeta de acceso casi dejandola caer y hacíendo malabares para atraparla y no recibir más agresiones, la puerta se abrió ominiosamente al contacto de la tarjeta con el panel de control. La sonrisa del científico se ensanchó de lado a lado cuando pudo ver a su objetivo temblando en una esquina, iluminado vagamente por las mortecinas luces del pasillo, se adentro en aquel espacio oscuro y mísero, mientras el más joven se quedaba en la puerta con rostro algo descompuesto.

La pequeña temblorosa, para el tan solo un espécimen al menos exitoso, ni siquiera se atrevía a subir la mirada...

– Mírame... Vamos pequeña solo mírame... –

Ella solo temblaba y se aferraba más así misma.

–... ¡Mírame! – El hombre la obligó a subir la mirada tomando su rostro con enojo. Pero esto dió paso a la enfermiza alegría cuando visualizo con detalles los rasgos de su rostro.

Ella... Era perfecta...

–... Si... Eres perfecta... Justo lo que necesitábamos... Oh, jejejeje... El estará muy feliz de verte otra vez... ¿Verdad? –

A la pequeña se le escapaban las lágrimas mientras veía aquellos demenciales ojos, hasta que solto su rostro sin cuidado y se apresuró a la salida, mientras ella volvía a acurrucarse en su esquina tanto como podía...

–... ¿Señor, está todo bien? – Pregunto el rubio mientras veia al anciano alejarse riendo por lo bajo.

– ¿Bien? ¿¡Bien?! ¡Esto está más que bien, imbécil! ¡ES PERFECTO! ¡Alista los preparativos para el plan 2000! Ese pequeño bastardo... No lo verá venir...–

No me dejes solo...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora