Mira a la cámara...

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Miguel no tardó en llegar al sector donde se hallaba Peter, no estaba lejos del área donde solía trabajar, pero eso lo hizo pensar...

¿Será que había intentado buscar su apoyo? Se sintió aún peor de solo pensar en que su amigo había tratado de ir hacia el, y el... No lo hubiese sabido por siempre tener la vista en otro lado...

"Es por el bien de todos..." Pensó, pero solo era un excusa, el lo sabía, así que por más que lo intento no logro sacarse esa sensación del pecho, sensación que solo empeoró cuando al cruzar en una esquina lo vio...

Temblando y tratando de esconderse en su mismo, como si el mundo entero se le fuera encima. Miguel trago grueso, su mente estaba llena de dudas, pero en eso aparecio Layla otra vez, que con un sutil gesto le indico cuál era la decisión correcta, tomo aire, hizo que la máscara en su rostro se desvaneciera, y con una voz algo entorpecida por el nerviosismo, llamo a su amigo:

–... Peter...–

El respingo que tomo Peter por la sorpresa, sorprendió a los dos, más al padre de familia, que trato como pudo de recomponerse ante su jefe, el cual intentaba no tener aquel gesto duro de siempre, pero le era difícil:

– ¡Ah, Mi-Miguel, lo siento! Yo solo, necesitaba un momento... Solo, estaba...– Mientras el se ponía de pie con una falsa sonrisa, limpiándose las lágrimas con toda la sutileza que podía, Miguel solo podía quedarse estático por momentos, sabía que tenía y debía decir algo, pero aún no encontraba las palabras...

– Ya... Ya sabes... Pensando y... En Mayday... Y Mary...– Peter seguía balbuceando, mientras Miguel solo podía notar lo cansado que se veían sus ojos, su gesto tan demacrado, así que bajando la mirada, sin esperar a que Peter terminará, dijo, con algo mas de dureza de lo que hubiese querido:

– Soy tu amigo...– Finalmente Peter guardo silencio entonces –... Estuviste allí, cuando Gabriela, no me juzgaste, nunca me reprochaste todo lo que hice, solo... Te quedaste allí cuando lo necesitaba más, y nunca te lo pude agradecer. Así que ahora, quiero estar aquí, no no tu lider, o jefe... Si no como... Tu amigo, por qué se que lo necesitas, y por qué se que, hay algo que quizás necesitas oír, tu me lo dijiste, así que yo te lo digo a ti ahora... – La incomodidad en la voz de Miguel era obvia, pero aún así se acerco y puso su mano en el hombro del contrario –... Tu sabes que hubieses hecho todo por ellas, tu las amas, más que nada en cualquier universo, esto no es tu culpa... Se que, no son las palabras exactas que me dijiste en aquel momento, pero se que-... ¿Peter? –

Miguel había estado evitando su mirada durante casi todas sus palabras, pero cuando escucho unos leves sollozos y se encontró con los ojos castaños del otro Spiderman, sintió como si algo le diera un golpe seco en el pecho...
Las lágrimas escapaban de los ojos de Peter a montones, mientras una y otra vez su cuerpo se convulsionaba tratando de debatirse entre respirar,dejarlo salir todo o contenerse con cualquier medio posible...

– Yo... no pude, no pude... Salvarla...– La voz de Peter salió en tan solo un hilo de voz, que terminó por remover todo en el interior de Miguel. Con toda la gentileza que pudo acerco a Peter a su pecho, tomándolo con suavidad de su cuello, mientras finalmente el hombre lo dejaba salir todo. Era un llanto desesperado y lamentable, que Miguel pudo reconocer, así se había sentido cuando vio a su hija desaparecer de la existencia,  podía sentir el dolor, la tristeza, el odio, la desesperación, todo eso en Peter mientras seguía diciendo entre el llanto una y otra vez...

"No estuve allí..."

A Miguel ya no le importaba si pasaban minutos u horas, recordaba como el dolor casi lo había vuelto loco años atrás... Y Peter había sido de los pocos que le habían tendido la mano en aquellos momentos tan oscuros para el...

No me dejes solo...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora