Parte 2

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Gritaba desesperada pidiendo ayuda. Era inútil, no había nadie en la calle. En una mano tenía su brazo y en la otra tenía a mi hija. No los quería perder, eran unas de las pocas personas que no quería perder.
¿Quién diría que un viaje a España me daría mucho y me quitaría todo?
Pero bueno no importa, volvamos donde me había quedado.

Me enteré que no era mi habitación, pegué un grito y la puerta se abrió bruscamente.

- ¿Qué pasó?

-¿Usted? ¿Qué hace acá?

-El vuelo le afectó, se desmayó y no despertaste. Pedí un taxi y ya desempaqué lo mío, dejé tus maletas dentro del placard. Recuerda que estamos en un hotel en Madrid.

- ¿Entonces todo fue real?

- Si

Todo me parecía muy raro, pero tenía sentido. Por último:

- Alístate que en un rato iremos a cenar.

- Ok

Me maquillé y peiné para ir al comedor.
Estaba distraída caminando por el pasillo. Andaba tan distraída que me choqué con otro huésped.

- Perdón, ando media distraída.

- Tranquila, no pasa nada, igual perdón. Disculpe por la pregunta, pero ¿sabe dónde queda el comedor?

- Sí, es por allá

La verdad no sabía con exactitud dónde quedaba, pero le dije eso porque quería conocerlo, además era bastante lindo.
Mientras caminábamos íbamos hablando, le pregunté de dónde era y me respondió: Sevilla.

- A, tú sos de acá

- No, soy de Sevilla

- Sí, pero me refiero de acá España

- A, sí, soy de Sevilla, España,¿tú de dónde eres?

- Soy de Buenos Aires, Argentina

- ¿Enserio?, yo siempre quise ir para ese país

- Sí, es lindo, pero hay bastantes problemas

- A, okey, ¿y qué te parece España?

- Hoy llegué, mañana empezaré mi visita por acá

- ¿Te gustaría que te de un tour por acá?

Me sorprendió la gentileza del chico, le respondí de forma de chiste.

- Dale, nomás no me pierdas, digo, cómo no sabes dónde está el comedor.

- Jaja, vale, entiende que es la primera vez que estoy en este hotel

- ¿Y cómo conoces Madrid?

- Conozco Madrid porque vivo aquí, pero no conozco el hotel porque es la primera vez que vengo acá. Hoy es el primer día de trabajo de mi papá en este lugar.

- Ok, ¿te dejo mi número?

Me quería matar, tenía mucha vergüenza.

-Vale, mañana temprano o cuando quieras escribidme y te enseño los alrededores.

Le di mi celular y puso su número.

- Muchas gracias

- No hay de que, bueno, ¿falta mucho para llegar?, muero de hambre.

- Ay verdad, estaba hablando contigo y me colgué y ya no sé dónde estamos.

Nos metimos por tres pasillos distintos, no encontrábamos el comedor. Escuché como le sonó la panza, me sentía mal porque nos perdimos por mi culpa.
Tuve una corazonada, lo agarré del brazo y lo llevé por otro pasillo. Sin saber cómo llegamos al comedor. Ahí fue donde nos despedimos.
Fui a la mesa donde estaba el oficial.

Amor sin importar que Donde viven las historias. Descúbrelo ahora