ℂ𝕌𝔸𝕋ℝ𝕆

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Reforzar la seguridad de casa fue todo un trabajo, en ello se descubrieron cámaras de vigilancia en zonas que eran totalmente prohibidas. Mitsuki quien estaba a cargo de supervisar a los trabajadores adultos tuvo que despedir a dos; ellos fueron quienes tenían cámaras en puntos prohibidos de la casa.

La idea de reforzar la seguridad fue excelente, no tarde demasiado en hacerlo pero otra idea invadió mi mente la noche del 17 de mayo.

— ¡¿Mudarnos?! —gritaron Hyujin y Kyojin al mismo tiempo, yo asentí con una leve sonrisa.

Ambos chicos se miraron entre sí y preguntaron la razón de aquello, no había mucho que explicar después de todo mi casa era un campo minado. Un lugar tan solicitado que seguramente más de alguien podría intentar meterse allí y asesinarme en cualquier momento, aunque pensar que tenía el valor suficiente como para que alguien deseara matarme era muy egocéntrico de mi parte. Tristemente si había alguien que podría matarme, a quién tendría que ver mañana como de costumbre.

Le expliqué a ambos mis razones y hacia donde nos iríamos a vivir, un departamento de alta seguridad pero no tan grande como lo era la casa de mis padres. Ambos chicos se pusieron a pensar sobre los pro y contras de aquello, pero la verdad dejamos eso de lado y hablábamos de lo divertido que sería vivir los tres solos.

— Pero... ¿Los señores Shinmon estarán de acuerdo? —pregunto serio Hyujin, asentí. — ¿Segura?

— Sí, luego del incidente con las cámaras ellos aceptarán. Pero primero deben prepararse ambos para mañana, recuerden que los domingos son obligatorios almuerzos en la casa de los Todoroki. —respondí seria, ambos asistieron. — Katsuki y Eijiro están al tanto de mis planes, aunque Mitsuki ya firmó el papeleo en la compra de aquel departamento.

— ¡¿Qué?! —gritaron ambos, yo sonreí y los abrace a ambos.

— Mañana por la tarde iremos allí, los chicos nos van a ayudar a mudarnos. —respondí sonriendo, ellos gritaron alegres y yo separé el abrazo. — La seguridad de ambos es muy importante para mí, además son como mis hermanos.

— Que linda eres con nosotros Maru, aquello realmente es muy especial para nosotros. —Kyojin acaricio mi cabello, ambos chicos se levantaron de sus lugares. — Nos iremos a preparar para mañana, tu también deberías Maru.

— Por supuesto, tengan buena noche. —respondí sonriendo viendo cómo ambos se dirigieron a la puerta, me acomode en la cama. — Recuerden dormir, no sé desvelen.

— ¡Sí! —respondieron ambos un tanto alegres, al final ellos luego de aquello salieron del cuarto.

La idea de vivir junto a ellos dos me hacía mucha ilusión, por un lado quería disfrutar lo que me quedaba de libertad y con ello los últimos meses que pasaría al lado de ambos chicos. No dejaría que ellos vivieran en el mismo lugar que un Todoroki, estaban completamente locos.

Termine de ordenar y preparar mis cosas para luego meterme a la cama, ya no tenía conmigo el abrigo de Hanta. Lo había regresado hace unos pocos días atrás, fue algo vergonzoso ya que el mencionó que olía bastante bien. Obviamente estaba lavado y perfumado, solo que fue mi perfume el que utilice.

Ese día hablé con Hanta respecto a mi compromiso, fue una conversación bastante incómoda ya que su oficina estaba allí cierto pelinegro que no se marchó cuando se lo pidieron. Recordar como la mirada de Hanta se frunció un poco al decirle que estaba obligada a casarme en diciembre fue sorprendente, el chico no solo me miró preocupado sino también me había ofrecido su ayuda en aquel momento. Pero seguramente era parte de su trabajo como maestro, ya que después de todo soy una de las alumnas problema de esa clase.

𝔹𝕝𝕦𝕖 𝔹𝕒𝕓𝕪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora