ℕ𝕌𝔼𝕍𝔼

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No tarde mucho en llorar frente a él, Aizawa suspiro pesado y me entregó pañuelos. El mencionó que podía tomarme mi tiempo y no era necesario responder extensamente sus preguntas, solo decir "si o no", aún así el solo pensar en eso me costó bastante.

— Por lo que veo Oboro no estaba tan equivocado como pensé, no sé cómo conociste a mi esposo pero lo que ocurrió contigo no puede volver a pasar. —la voz de Aizawa era firme, no dudaba y yo podía notarlo. — ¿La familia Todoroki te lastimó?

— Si. —respondí seca, al escuchar otra pregunta jugué con mis dedos nerviosa. — Shoto... Shoto me violó, mis padres lo permitieron.

Aizawa cerró los ojos y parecía respirar lento, quizás no sabía cómo llevar el tema luego de admitir algo como eso. El estaba sentado y parecía tan quieto al notar que estaba ansiosa en su oficina, el continuo hablando sobre lo que su novio le había contado. Aizawa lo sabía todo, estaba al tanto de cada cosa exceptuando la parte de que yo vendía contenido, trague saliva nerviosa e intente mantener la calma ante ello. Le intente aclarar que mis padres no estaban de acuerdo con que fuera a terapia, incluso iban a despedir a cualquiera que lo intentará y tristemente estaban al tanto los maestros.

— ¿Hanta y Hisoka saben de mi situación? —pregunte un tanto nerviosa, Aizawa me miró extrañado al decir sus nombres. Mis mejillas ardieron un poco, desvíe la mirada avergonzada por lo que había dicho. — Lo siento, no estoy acostumbrada a llamarles por sus apellidos...

— Está bien, no preguntaré la razón pero creo darme una idea. El resto de los maestros no saben del daño que Shoto causo, sin embargo... Tuve una reunión con quiénes tu mencionaste. —aquello causo que volviera a dar un largo sorbo al vaso térmico y sonriera nerviosa, Aizawa suspiro pesado. — Aclaró que no están al tanto del daño que causo Shoto, ellos no saben que te lastimo de esa forma.

Aizawa comenzó a explicar de lo que se trataba aquella charla, no me dejerian sentarme cerca de Shoto, ni mucho menos Midoriya se sentaría cerca de el. Al escuchar eso suspire más aliviada, no quería estar cerca de ese chico y mucho menos poder escucharlo, continuamos hablando un poco más sobre lo que el sabía gracias a su esposo, tenía algo de miedo de que descubriera mi gusto por aquellos maestros jóvenes, aunque no fue mencionado y ello me dejó más tranquila.

— Bien, puedes volver a la normalidad. No olvides ponerte al corriente y si algo ocurre, no dudes en decírmelo. —menciono serio Aizawa, asentí. — Bien, puedes volver a clases.

Asentí y al salir de su oficina escuché el timbre, me dirigí al salón a paso lento pero seguro. El eco de los pasos rápidos hacia la escalera me distraían seguido, observaba de reojo a las personas que iban pasando a mi lado, esperaba no encontrarme con quien no deseaba y al ya estar fuera del salon pude notar que no había nadie. Le envié un mensaje a Eijiro quien repsondio un tanto cortante, me había dicho que estarían en el área de telecomunicaciones.

— ¿Eh?, pero si los lunes nos toca clase de inglés. —pronuncie en un tono bajo yendo hacia aquel salón.

Me apresure un poco para llegar, no quería que el maestro se molestará ya que había faltado bastante y no deseaba que ello me pusiera en un aprieto. Al tocar escuche como alguien se acercaba a la puerta y la abría, mi corazón se congeló en ese instante al verlo a los ojos.

— Oh, así que volviste. —aquella voz causo que mi piel se erizara, mis ojos se dirigieron hacia aquella dirección con temor, sólo fuí capaz de verle aquella sonrisa escalofríante para sentir repulsión. — Bienvenida, cariño.

Aquella palabra hizo eco en mi mente haciendo que tambaleara un poco, ese recuerdo tan doloroso que tarde en bloquear volvía a mí, entre con cierto temor escuchando el como susurraba que me mataría. Trague saliva sintiendo nuevamente miedo que fue rápidamente desapareciendo al ver a Shindo, parpadee un par de veces al verlo con un libro y sonriendo.

𝔹𝕝𝕦𝕖 𝔹𝕒𝕓𝕪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora