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Daba vueltas por el cuarto de un lado a otro, sabía quien eran ellos pero realmente no esperaba que Hanta me descubriera y que mucho menos Hisoka escuchara que tuve relaciones con su hermano. No sabía que hacer y mucho menos con quien hablar de esto, estaba aterrada ya que no estaba segura de que podría ocurrir ahora.

Mis pensamientos fueron interrumpidos por Midoriya quien entró al cuarto luego de tocar un par de veces, el me miró asustado y me tomo de las manos preguntando que estaba ocurriendo. Estaba tan agitada que no supe que decir en ese momento, el estaba bastante preocupado y más sabiendo que desaparecí por un buen rato luego de la presentación de baile.

— ¿Alguien te lastimó? —el chico lucía preocupado, yo solo negué. — ¿Estás segura?, pareces algo alterada.

— Es que... —murmuré haciendo que el resto fuera poco audible, el chico preguntó nuevamente que ocurrió y yo me acerque a su oído. — Tuve sexo con Hanta...

— ¡Oh por dios!, ¡Eso es realmente increíble! —grito emocionado el chico, yo solo cubrí su boca y el me observo confundido.

— No es del todo genial, Hisoka nos escuchó... —los ojos del pecoso se abrieron de par en par, su forma de mirarme me hizo entender que tal vez la había cagado. — No sé cómo fue que ocurrió, solo me preguntó si realmente Hanta lo disfruto.

— Por eso sonreía tanto... Bien mira sobre lo de Hisoka no creo que importe demasiado, solamente ignóralo. —pronuncio un poco más serio Midoriya, yo ladeé la cabeza confundida. — Temé que digas lo que hiciste con su hermano, pero esto es algo que no le dirás a nadie así que estará todo bien.

— No lo había pensado, creo que ni siquiera se pasó por mi mente. —murmuré, el chico sonrió. — Bien, al menos eso me deja bastante más tranquila.

— Entonces no debes tenerle miedo a un maestro que siempre está amargado, de seguro el no disfruta de su vida y por eso es así. —exclamó un poco alegre el chico, este señaló la puerta. — En fin, ¿Vamos a cenar?

— Sí. —pronuncié sonriendo.

Al estar cenando recordé que mañana sería sábado y que no vería a Hisoka en todo el fin de semana, eso me hizo inmensamente feliz. Al terminar la cena pude ver a los chicos bastante animados hablando, tristemente me había olvidado por completo que mañana estaba obligada a realizarme otro test de embarazo y con ello si salía negativo tendría que volver Shoto. Cuando lo recordé ya estaba acostada y era bastante tarde, estaba dando vueltas por el cuarto cuando decidí salir de casa sin mis pertenencias. Obviamente no olvidaria el dinero para llegar hacia donde necesitaba y me demore bastante para llegar a su casa, al estar frente su puerta toque el timbre y espere en silencio. Una sola vez había venido aquí, solo quería esconderme y necesitaba hacerlo de una vez. No quería volver a pasar por lo mismo, esta vez no había forma de librarme de mis padres y como Shoto seguramente está bastante enojado por haberlo lastimado me sentía más insegura que nunca.

— ¿Maru? —mis pensamientos se hicieron a un lado al escuchar la voz de Hanta, yo sonreí leve. — ¿Deseas pasar?

— Por favor... —murmuré, el se hizo a un lado para que yo al fin pasará.

Me senté en su sofá y estaba en silencio, el chico me ofreció un té a lo cual acepté. El silencio se volvió incómodo y parecía que él necesitaba decirme algo, pero ignore por completo aquello bebiendo.

Cuando termine el té le agradecí, el solo asintió y sonrió. Estaba tan nerviosa por recordar lo que habíamos hecho hace tan solo unas horas atrás, mis mejillas comenzaron a arder cuando lo ví sentarse a mi lado.

— ¿Ocurre algo?, es raro verte por aquí... —pronunció en un susurró el chico, yo solo guarde silencio. — Maru a mí me gustaría preguntarte algo, ¿Puedo? —asentí, el suspiró. — ¿Qué te llevo a vender contenido?

𝔹𝕝𝕦𝕖 𝔹𝕒𝕓𝕪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora