⸺𝗧𝗔𝗘𝗖𝗬𝗘𝗢𝗡 𝗙𝗔𝗡𝗙𝗜𝗖.
Sohee lo tiene todo, de verdad, ¡todo! Con una carrera estable y una vida amorosa que por primera vez parece ir bien después de tantas decepciones, la actriz no puede hallarse más alto.
Los problemas surgen cuando Tae...
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SOHEE
Después de esa salida nocturna, los mensajes que me dejaba Taecyeon en el buzón de la aplicación de mensajería ya no me parecían tan irritantes. En ocasiones, también nos enviábamos graciosos memes. Fue inesperado, pero compartíamos un humor similar.
Los días pasaron y nos ocupábamos de nuestros respectivos trabajos, sin embargo, una fecha especial para Sillues se encontraba muy cercana. Jayoung, bajo ordenes de Yoo, mandó a hacer un pastel para conmemorar el aniversario de la marca.
Y yo tenía que ir a entregar dicho pastel.
Vestida con un conjunto casual compuesto por zapatillas deportivas blancas, vaqueros azul claro, remera negra y camisa blanca con rayas oscuras, llegué a Sillues en un auto que me dejó en la puerta del edificio. Jayoung me acompañó en todo el trayecto hasta llegar al piso donde trabajaba Taecyeon.
Allí nos cruzamos con la secretaria de él, Yunjin, quien nos saludó amablemente.
—Sohee, es un gusto conocerte al fin. Soy Yunjin. —me dijo, con una sonrisa plasmada en su amable rostro y luego saludó a mi manager.
Yunjin lucía de la misma edad que Taecyeon y poseía un largo cabello color miel, además de unas bonitas facciones. Era un poco más alta y delgada que yo y parecía más una idol que una secretaria.
—¿Qué es eso? —me preguntó curiosa refiriéndose al envoltorio que traía en mis dos manos— ¿Un pastel? —yo asentí, sonriente.
—Sí. Es para conmemorar los 45 años de Sillues. —expliqué— Aunque no sé de qué sabor es, por si te lo estás preguntando. —reí un poco y miré a Jayoung— ¿Te dijo la señora Yoo de qué es?
—Es de chocolate. —respondió ella.
—¡Delicioso! Bien, puedes pasar. Taec no está ocupado en este momento. —me informó Yunjin y me autorizó a transitar el pasillo que supuse llevaba a la oficina de mi ''novio''.
Asentí y empecé a avanzar, esperando que Jayoung me siguiera, pero en cambio, ella comenzó a hablar con la secretaria y continuó en su charla cuando miré hacia atrás.
Llegué a la puerta de la oficina y di un par de toques que fueron respondidos al instante de forma positiva. Ingresé y me topé con el empresario pegado a su silla, usando la laptop. Su espacio era bastante moderno y amplio, teniendo una decoración minimalista. Poseía enormes ventanales con vista a la ciudad, ¡qué envidia! pensé, al recordar que no solo tenía una buena vista en su terraza, sino también en su trabajo.
Me pregunté si alguna vez se tomaba el tiempo para admirarlo o si le interesaba hacerlo.
—¿Sohee? —soltó confundido en cuanto notó que se trataba de mí, no obstante, parecía feliz de verme.
—Hola. —fue lo primero que salió de mis labios, acompañada por una sonrisa que me hizo sentir extraña— Te traje esto. —le informé— Aunque no fue idea mía, ni siquiera sabía que se acercaba el aniversario de Sillues hasta hace unas horas. La ha mandado a hacer la Señora Yoo, que, por cierto, también te envía saludos.
—Qué lindo gesto que tienes conmigo, cariño. —me dijo burlón e hizo espacio en su escritorio para que pudiera apoyar el pastel— Creo que tengo platos por aquí.
Sin poder contener la curiosidad, comencé a desenvolver el paquete y me encontré con una torta no muy grande bañada en chocolate y con decoraciones doradas. Poseía el logo de Sillues en el medio.
—Por cierto..¿qué hay de tu padre? —tomé asiento en la silla que enfrentaba a la suya— Guárdale un poco de pastel, no te lo vayas a comer todo.
—Por supuesto que no. —respondió mientras volvía con dos platos descartables y cubiertos del mismo material— Es más, le voy a convidar a Yunjin también. Luego la llamaré para que venga y se la lleve a mi padre.
—Estás muy ocupado, ¿verdad? —pregunté sin esperar una respuesta y le extendí mi mano— Dame los cubiertos, yo te sirvo.
Taecyeon se quedó estático por una fracción de segundos y después largó una carcajada.
—Para nada, tengo tiempo para ti. Quién sabe cuándo volverás a visitarme. —me entregó los cubiertos y me dispuse a cortarnos los pedazos.
—Y la dramática soy yo. —me burlé al mismo tiempo que terminaba de cortar su rebanada.
—Te extrañé todos estos días, ¿puedes culparme?
Aquella frase podría haber sonado dulce de no ser porque la dijo solo para molestarme y con la mirada fija en la pantalla de su laptop.
—Qué linda oficina tienes. —comenté terminada la tarea y abandoné mi silla— Sin dudas, una rutina aquí no se ve tan mala. —me acerqué a los ventanales y admiré la ciudad.
—No lo es. —respondió él, todavía centrado en su labor.
Apoyé mi espalda en una de las paredes y me crucé de brazos. Posé mis ojos sobre él y luego sobre la pantalla, claramente yo no entendía nada de lo que veía, pero seguro se trataba de algo importante.
—Ya casi termino. —me hizo saber— No quisiera que te vayas, pero si estás muy ocupada hoy, puedes irte ya si lo deseas.
Sonara inusual en mí, pero decidí quedarme, a pesar de tener la posibilidad de mentirle con que tenía alguna actividad urgente, no quise hacerlo.
Volví a mi asiento y le di la primera probada a mi rebanada, ¡era una delicia!
—No me iré aún. —dije con seguridad— Sería muy solitario que comas tu rebanada solo, así que te acompaño en esto y después me voy. Está deliciosa, por cierto.
Percibí que Taecyeon me miró con una sonrisa suave e instantes más tarde, cerró la laptop.
—Tenías razón, es muy buena. —comentó una vez que pudo degustar el postre.
Justo como la noche en la que me llevó al arcade y finalizó en la terraza de su departamento, la conversación fluyó y el origen fue Taecyeon preguntándome sobre mis proyectos actorales. Me sorprendí al notar que lucía genuinamente interesado en lo que le comentaba. En cierto punto, hasta me preguntó sobre cómo marchaba mi relación con Chansung.
Me pregunté que quizás podíamos llegar a ser amigos, si es que aún no habíamos comenzado a serlo.
Unos minutos más tarde, dejé a Taecyeon trabajar y volví hacia donde se hallaban Jayoung y Yunjin.
Tuvimos un intercambio de palabras y justo cuando estamos por irnos hacia el elevador, Yunjin nos llamó.
—¡Casi lo olvido! El sábado por la noche es la fiesta para conmemorar los 45 años. Será una gran celebración.—dijo con una sonrisa— Estarán llegando las entradas este fin de semana, espero puedan asistir.
—¡Sin duda allí estaremos! —respondió Jayoung y yo me limité a sonreír.
